Pocas veces uno puede imaginar cómo un disco puede cambiarnos la vida y redefinir nuestros gustos para siempre. Me ha pasado con varios, pero ciertamente hay uno que ocupa un lugar especial. Se trata de Unknown Pleasures, de la banda inglesa Joy Division, que, personalmente, creo que es un parteaguas de la música. Este año cumple 41 años de existencia, y a lo largo de ellos su influencia ha sido masiva.
La importancia de Unknown Pleasures en la música ha sido registrada en un sinfín de documentales y entrevistas, y muchas agrupaciones, sobre todo del post punk, le deben su existencia a Joy Division. Tengo la impresión de que, al formarse, nunca imaginaron el impacto que tendría su primer trabajo.
Mucho se ha hablado de este disco, empezando por su portada. A decir verdad, fue lo primero que me impactó la primera vez que tuve este trabajo en mis manos. Amé su minimalismo y el misterio que encerraba su ilustración, la cual representa una estrella que emite una serie de ondas de radio similares a las de un faro. La carátula fue comisionada a un joven diseñador llamado Peter Saville, artista que se convertiría en uno de mis diseñadores favoritos. Por consiguiente, ese diseño pasaría a formar parte de mi top 5 de portadas favoritas en la música. Aún hoy sigue siendo una inspiración de lo que el diseño debería ser.
Recuerdo que quien me obsequió este álbum me dijo que me preparara para conocer la depresión puesta en música. Eso fue otro gancho para sentir una enorme curiosidad, pero no entendí sus palabras hasta el día que investigué más sobre la agrupación y el trágico final de su vocalista, Ian Curtis. Se dice que Curtis grababa siempre con las luces apagadas. Como si fuera poco, Tony Wilson, representante de la banda, firmó con su propia sangre el contrato discográfico, para ganarse la confianza del grupo. Esos datos solo aderezarían más la leyenda alrededor de Unknown Pleasures.
A lo largo de los años he disfrutado de la discografía de Joy Division. Claro, también de lo que se convirtieron luego de la muerte de Curtis, New Order, que es otra criatura que se ha ganado por derecho propio su lugar en la música. El estatus de Joy Division en el tiempo ha sido vasto. Algo que, probablemente, se pensó que solo quedaría en el underground, llegó a lugares que la banda jamás imaginó.
Personalmente, siempre me quedaré con la sensación que sentí al escucharlo por primera vez y experimentar algo totalmente nuevo, a pesar de los años que ya tenía de haber salido a la venta. Se dice que los integrantes odiaron el resultado tan oscuro y depresivo del disco. Por el contrario, yo se los agradezco. Precisamente eso es lo que hace de este trabajo una hermosa y honesta obra maestra que reflexiona sobre nuestra condición como seres humanos.
Para escuchar: Love Will Tear Us Apart, Shadow Play, She’s Lost Control, Disorder e Interzone.