Hasta que volvamos a vernos. Jamie Ford.
El estadounidense Jamie Ford traslada al lector hasta 1934 y hasta Seattle, que después de la epidemia de gripe vive la Gran Depresión. Las minorías se han visto especialmente afectadas por la crisis, los mendigos llenan las calles y los niños se acumulan en los orfanatos. Uno de ellos es William, de 11 años y de origen chino, quien hace cinco años vio cómo se llevaban el cuerpo inerte de su madre, sin comprender bien lo que pasaba a su alrededor.
Aunque todo indica que la madre de William murió, un día, durante una salida con las monjas, el chico parece reconocerla en la imagen de Willow Frost, una estrella de la gran pantalla. El niño decide entonces escapar del orfanato junto a Charlotte, una chica ciega, y tratar de resolver el misterio.
El presente, el pasado, las injusticias, pero también la valentía, marcan esta historia.
Janis canta una canción. Lorena Fuentes.
En la casa de sus padres, Janis se reencuentra con sus viejos diarios. Poco a poco, las páginas la llevan hasta 1987, cuando tenía 10 años y quería ser cantante. En aquella época, en que los smartphone y YouTube no existían, estar en el coro escolar parecía ser el camino natural para alcanzar su sueño. Sin embargo, en la audición, las cosas no salen como esperaba y su voz desafinada le impide viajar al concurso interescolar.
Janis se pone muy triste, pero pronto descubre un mundo completamente nuevo, cuando conoce a Mariana y a su abuelo enfermo, quien le pide que cante una canción para él. Solo entonces la chica descubre que, a pesar de su voz, cantar es lo que realmente disfruta hacer.
La historia, apta para niños desde los siete años, se complementa con las ilustraciones de Andrea Pizarro.