Valencia, EFE.- Un gol de penal transformado por Melero en el minuto 95 cuando el Levante
jugaba en inferioridad niveló el derbi valenciano en el que Valencia se había
adelantado en el minuto 89 y parecía tener el triunfo asegurado.
Fue un derribo de Diakhaby a Vezo que el árbitro sancionó con falta fuera del
área y el VAR rectificó. El gol dejó en tablas un encuentro muy nivelado pero
en el que la expulsión de Roger a un cuarto de hora del final parecía que iba a
ser determinante.
Hasta el tramo final el partido fue de pocas ocasiones e incluso tuvo fases muy
espesas. Estuvo marcado por la igualdad, con momentos de dominio alternativo, sin
que ninguno de los contendientes se mostrara claramente superior a su oponente.
El Valencia mandó ligeramente sobre su rival en el tramo inicial del encuentro
gracias, sobre todo, a sus penetraciones por la banda izquierda conducidas por
Gayá frente a un Levante bien asentado en defensa y que no daba opción a su
rival en sus penetraciones.
Esa fue la dinámica del encuentro hasta que en torno al ecuador del primer
periodo el partido cambió gracias a que el conjunto visitante cobró más
protagonismo al adueñarse del balón y jugar más cerca de la meta de Cillessen
con una larga serie de tiros de esquina a su favor.
Con el control del partido en manos de Rochina, Bardhi y, sobre todo, Campaña,
el Valencia se encontró con espacios al contragolpe y en uno de ellos llegó la
ocasión más clara del primer periodo en un disparo muy duro de Soler al
larguero en un lanzamiento en el que el meta Aitor rozó ligeramente el balón.
No cambió esa jugada el ritmo de juego, puesto que los locales no estaban
incómodos ante el dominio del rival que no se vio acompañado de ocasiones
claras de gol.
Tampoco dispuso de ellas el equipo de Albert Celades y se llegó al descanso con
el empate inicial, en un choque en el que ambos equipos compitieron con
energía, pero en el que crearon poco peligro.
Poco varió el encuentro después del descanso, aunque con las fuerzas
recuperadas por parte del Valencia, que antes de que empezaran los cambios ya
había nivelado el control del juego.
El partido no era vibrante, los equipos se mostraban imprecisos, especialmente
en ataque y no daba la impresión de que el gol pudiera rondar alguna de las
porterías, ya que las defensas eran muy superiores a los atacantes.
A medida que avanzaba el encuentro se pasó a jugar más cerca del área del
equipo dirigido por Paco López y el dominio local dio opciones al Levante al
contragolpe.
A 15 minutos del final, el atacante levantinista Roger Martí vio la segunda
amarilla tras una entrada a Hugo Guillamón y el encuentro, muy nivelado hasta
entonces, se desequilibró en cuanto al número de jugadores sobre el césped,
circunstancia que ser un factor influyente de cara al final del partido.
De entrada, no acusó el Levante la inferioridad, se mantuvo firme en defensa y
tuvo alguna salida con cierta soltura y el Valencia no encontró la forma de
hacer valer su superioridad de cara a puerta a pesar de que sus aproximaciones
a la meta de Aitor se incrementaran.
Todo lo importante pasó al final. En una de esas acciones, el Valencia elaboró
una penetración por izquierda y logró abrir el marcador. El Levante no se
rindió, buscó la igualada y la consiguió sobre el silbatazo de sentencia.