Adrián y Elena Boboc utilizan la tecnología para guiar a su equipo de gimnasia.
El uso de la tecnología se ha vuelto indispensable durante la emergencia sanitaria del Covid-19, pues por el distanciamiento social y las disposiciones presidenciales de suspender todas las actividades deportivas, la gimnasia ha debido transformar su rutina de entrenamientos.
La falta de aparatos ha sido una complicación para Adrián Boboc, quien junto a su esposa, Elena, dirige el trabajo del equipo élite de esta disciplina, pero no ha mermado en el trabajo y compromiso para sacar adelante a las promesas de este deporte.
“En los primeros días les pedimos a las niñas que nos enviaran videos con las rutinas que practicaban, pero con Elena nos dimos cuenta de que al no tener una corrección inmediata sobre un movimiento específico se podía perder la intención del trabajo, así que empezamos a hacer nuestras clases por Zoom, y así podíamos corregir en tiempo real”, aseguró Boboc.
“Hemos tenido muchas experiencias en esta vida, pero ninguna como la actual; no es algo que uno pudiera imaginarse. Hubo otros virus antes, pero ninguno como este; las medidas son diferentes, y nos ha cambiado todo. En la gimnasia la interacción entrenador-atleta es bastante alta, pero hemos tenido que aprender a reinventarnos para mantener el contacto”, reflexionó el rumano.
El grupo élite que entrena con los Boboc lo conforman 10 gimnastas de diferentes edades.
Trabajo físico
“Lamentablemente no hemos podido trabajar sobre aparatos, porque nadie puede tener estos en su casa, pero nuestros programas involucran preparación física, flexibilidad, que es el área de mi esposa, y entrenamos en dos turnos, por la mañana y por la tarde, para no perder el ritmo que traíamos”, explicó, y que además cuentan con el apoyo de un fisioterapista y un psicólogo en cada sesión.
Boboc considera que con un esfuerzo más grande se podrá recuperar el tiempo perdido cuando se vuelva a los aparatos, aunque en una primera instancia se ha pensado en trabajar con un número más reducido de atletas.
“Hemos participado en la elaboración de algunos protocolos para el regreso a la actividad; sabemos que en la gimnasia todas son superficies de contacto constante, y será necesario mantener muy limpio todo. En un inicio vamos a priorizar el trabajo con 6 atletas para que se roten 2 en cada aparato, y así trabajar 3 diarios para mantener el distanciamiento y desinfectar las áreas en cada cambio de aparato, y así respetar las indicaciones de salud”, manifestó.
Ana Irene Palacios, Daniela Dorigoni, Mishel Echeverría, Britany Herrera, Kristal Cancax y Lucía Icuté conforman el equipo que volvería en primera instancia, según confirmó Boboc.
“Ana Irene y Daniela soportarán la mayoría de las competencias; son las mayores y tendrán la responsabilidad para el próximo ciclo olímpico, desde los Juegos Centroamericanos hasta los Juegos de París 2024, y para entonces habrá nuevas modalidades de clasificación, para evitar un número grande de participantes por eventos”, señaló.
Confía en el grupo
“Con orden, disciplina y trabajo sostenido podremos recuperar el retraso que hemos tenido. Es como regresar de una lesión; tendremos que presionar un poco más en algunos aspectos, pero creemos que sí es posible llegar bien a las competencias principales”, indicó.
El entrenador mostró satisfacción por el grupo nuevo con el que trabajan, pues considera que se tiene material humano joven para un lapso de 10 años.
“Hemos puesto la esperanza en el talento de estas chicas, y pensamos que tenemos cubierto hasta 2030, después de la selección que conformamos hace 2 años”, sentenció el europeo.