Bayern Munich y Eintracht Francfort chocan hoy por el otro boleto.
El Bayern Leverkusen se clasificó ayer, con autoridad, para la final de la Copa de Alemania, al derrotar a domicilio (0-3) al FC Saarbrücken, equipo de la cuarta categoría que ha sido la gran sorpresa de la competición.
El Saarbrücken tuvo el saque y empezó con un pelotazo hacia adelante que no llegó a ninguna parte. Luego, el Leverkusen comenzó a circular el balón.
El primer remate del Leverkusen llegó en el minuto 6 por medio de Kerim Demirbay, que disparó desde fuera del área, y un defensa desvió el balón a saque de esquina.
La igualdad se rompió en el minuto 11, cuando Moussa Diaby marcó con un remate de primeras dentro del área, que pasó entre las piernas del meta Daniel Batz, tras un pase de Demirbay por encima de la última línea defensiva del Saarbrücken.
El segundo gol llegó en el minuto 19, con un remate del argentino Lucas Alario, que aprovechó un rebote tras un centro de Demirbay desde la izquierda.
La hoja de estadísticas mostraba la clara superioridad del Bayer, que había tenido un 84 por ciento de posesión de pelota y había hecho 431 pases, de los que un 92 por ciento había llegado a su destino.
La diferencia de categoría se notaba claramente en el campo, pese a que el marcador no era abultado y pese a la lucha del Saarbrücken, que se defendía con mucha disciplina.
Toda esperanza del equipo local se desvaneció en el minuto 57, cuando Kerim Bellarabi marcó el tercero para el Leverkusen.
El Bayer Leverkusen tuvo ocasiones para más, pero Paulinho volvió a fallar dos veces desde una buena posición.
La otra semifinal la disputarán hoy el Bayern Munich y el Eintracht Francfort.