Redacción deportes, EFE.- Un cabezazo al borde de la hora de partido de Nils
Petersen, recién entrado al terreno de juego, derribó de pronto al Borussia
Moenchengladbach, que no solo perdió por ese testarazo (1-0), sino también por
su falta de eficacia ofensiva, porque fue mejor que el Friburgo durante muchos
minutos, de forma apabullante incluso en el primer acto, pero su dominio no
produjo nada más que frustración dentro de una derrota inquietante.
Lo es en la clasificación, porque ahora su cuarta posición depende de que lo
haga el Bayer Leverkusen esta jornada, aunque, eso sí, se mide al Bayern Munich
este sábado (7:30); en las sensaciones, porque ni siendo tan superior en la
primera parte generó todo lo que tiene que generar sobre la portería de su
adversario, sobre todo en cuanto a claridad; y en las vibraciones que
transmitió cuando recibió el 1-0, cuando ya fue incapaz de reaccionar.
Por ejemplo, no hubo razón, o casi, para el 0-0 al descanso. Ni siquiera para
que el primer tiempo terminara con una ocasión de Holer para los locales que
repelió Sommer; un espectador más durante todo el tramo anterior del
incontenible manejo entonces del Borussia Moenchengladbach, dirigido
ofensivamente por el dinamismo, el talento y la visión de Stindl.
Fue indetectable en esos momentos entre líneas para un Friburgo sometido sin
discusión hasta el intermedio por la ambición de un equipo que demostró que
quiere la Champions, pero que se quedó sin nada en el estadio Schwarzwald,
derrotado cuando menos se preveía.
Nadie podía intuirlo cuando terminó el primer tiempo. Quizá tampoco en el
inicio de la segunda parte. Pero no es excusa para el Gladbach. Cuando lo único
probable parecía su triunfo, aunque el marcador aún era de 0-0, todo se le
escapó sin percatarse. El Fribugo, superado hasta entonces, aprovechó una acción
a balón parado para transformar el duelo hacia su terreno: Grifo puso un
certero centro, tanto como el testarazo de Petersen (1-0, min 58), que provocó
el primer triunfo desde la reanudación liguera de los rojiblancos,
reenganchados a la pugna por entrar en la Liga Europa.
El goleador había entrado segundos antes al terreno de juego. Su primera
intervención fue el gol que tanto y tanto había rebuscado su rival desde el
principio. Lo marcó el Friburgo y lo recibió el Borussia Moenchengladbach, que
no había asumido aún el 1-0 cuando recibió otro golpe: la expulsión por doble
amarilla de Plea a falta de 22 minutos para el cierre de un choque frustrante.
Y en su horizonte de la siguiente jornada aparece el líder, el Bayern Munich.