Era una de las promesas del cine de acción de la década pasada, época en que se pronosticaba que se venía un bum en Hollywood, de producciones de superhéroes, peleas (a manotazos, cuchilladas y rayos láser), megaefectos especiales y acrobacias.
Me refiero a Natassia Malthe, actriz y modelo de descendencia noruego-malaya a quien conocí hace no menos de 10 años. Visitó Guatemala para presentar un anuncio action packed acerca de una smart-tv, y fui invitado a entrevistarla para promover el video comercial.
En la entrevista nos fue muy bien, y tuve la inmensa suerte de que antes de comenzar la sesión fotográfica hubo un desperfecto con la iluminación, el cual nos regaló 10 minutos para conversar sin la dinámica pregunta-respuesta, simplemente charlar.
Me comentó que entrenaba artes marciales y técnicas de pelea todos los días, y que estaba preparada para cualquier papel en un filme de acción. Me mostró sus moretones en las espinillas y rodillas, resultado del entrenamiento. También creía que sus rasgos interraciales le ayudarían a distinguirse de otras actrices en Los Ángeles.
Me confesó que, genuinamente, estaba emocionada de lo que le esperaba en su carrera. Ya había actuado en algunas películas (interpretó a Typhoid en Elektra, junto a Jennifer Garner) y su imagen ya había decorado la portada y algunas páginas de la revista Maxim. Recordemos que en esos tiempos posar para esa publicación hacía volar por los cielos la popularidad de las modelos.
Ese día estaba agripada, pero eso no impidió que diera entrevistas durante la mañana y tarde, y que participara en una cena meet&greet por la noche. Al final de esa cena volvimos a conversar durante unos segundos, y le dije: “Espero verte pronto en el cine con tu primer papel protagónico”. Ella solo sonrió, imagino que agradecida.
Pero ese momento nunca llegó; es más, ni siquiera la volví a ver en películas. Fue como si se hubiera desvanecido de la industria del cine. IMDB me informó durante años que todavía actuaba y participaba en algunas películas de acción, pero no eran las superproducciones o el sorprendente papel que esperábamos. Algo extraño había sucedido, inexplicable.
En 2017 encontré en una agencia internacional varias fotografías de ella, seria, triste, llorando. El pie de foto de esas imágenes me quebró. Resulta que ella es una de las tantas actrices que agredió sexualmente Harvey Weinstein, el famoso productor de cine que abusó de decenas de mujeres. A ella la atacó después de una entrega de premios Bafta.
Todo esto vino a mi mente porque he estado buscando listas de mejores películas para ver en Netflix, y me he encontrado que, en estos ránquines, el 60 o 70 por ciento de los filmes fueron producidos por ese señor, Weinstein. Detrás de esa genialidad para producir cine había un temible monstruo, o un aterrador monstruo y un genio vivían juntos, pegados, unidos como siameses.
Haber conocido a Natassia fue un momento especial en mi carrera. Espero aún sea tiempo para verla en la pantalla grande, en esa película en la que será la protagonista y patee todos los traseros que se le antojen.