El futbol francés busca soluciones después de que el Gobierno diera por terminada la actual temporada a causa de la pandemia del COVID-19, lo que deja a algunos clubes al borde del precipicio financiero, y al mismo tiempo genera disputas por la atribución de las plazas europeas.
Aunque, de cara a la galería, fueron muchos los dirigentes de clubes y jugadores que consideraron que dar por terminada la temporada era la solución más prudente, en los pasillos la agitación es máxima.
El presidente del Saint-Etienne, Bernard Caïazzo, que también encabeza la Asociación de Clubes de Primera División, aseguró que, “tras la decisión del Gobierno, la prioridad es la supervivencia económica de los clubes”.
La Liga de Futbol Profesional (LFP) se reunió de urgencia, sin encontrar unanimidad, y volverá a hacerlo hoy para dar al futbol una perspectiva de futuro.
El principal escollo está en el cobro de los derechos de televisión de la actual temporada.
La LFP calcula que el futbol francés dejará de ingresar 650 millones de euros, tanto por televisión como por taquilla y patrocinadores.
El club de la capital ya aseguró que está dispuesto a continuar en la Liga de Campeones aunque eso suponga jugar sus partidos en el extranjero, una declaración desesperada que no parece encontrar hueco en un contexto de limitación de los desplazamientos. Francia, EFE