Wallace Wood (1927-1981) fue un artista tan talentoso como mercurial. Pero ser una persona difícil no le impidió ser uno de los más prolíficos artistas de cómic, produciendo cientos de páginas para publicaciones de ciencia ficción, fantasía y humor.
Los primeros años de Wood no presagiaron la vida de un artista. Nacido en Menahga, Minnesota, hijo de un leñador y una maestra de escuela, la carrera temprana de Wood incluyó trabajos de fábrica, imprentas, y paracaidismo. Luego de estudiar brevemente en un par de escuelas de dibujo, a los 18 años obtuvo sus primeros trabajos profesionales de asistente en tiras como Terry and the Pirates y The Spirit.
En 1950, Wood estableció un estudio cooperativo con otros dos dibujantes, y juntos colaboraron en cómics como Captain Science y The Mask of Dr. Fu Manchu. Fue una gran experiencia de aprendizaje, pero también fue un período de mucha inestabilidad laboral para los noveles artistas.
Después de casarse, Wood empezó a trabajar regularmente para EC Comics. Ilustró varias historias para Two-Fisted Tales y Shock SuspenStories, pero fue su trabajo en Weird Science y Weird Fantasy lo que le dio renombre. Años después, el editor Bill Gaines lo llamaría “el mejor artista de ciencia ficción que haya existido”.
Durante una década, a partir de 1952, Wood contribuyó en cada número de la publicación humorística Mad. Junto a Will Elder, fue pionero de los paneles en que cada milímetro de espacio está colmado con gags visuales. El experimentado artista era un maestro en imitar el estilo de otros cómics, y su trabajo satírico también es notable por sus astutas representaciones de aspectos de la cultura estadounidense.
Wood trabajó para todas las editoriales, produciendo material a una velocidad vertiginosa. Constantemente, el artista buscaba atajos para hacerse un dibujante más eficiente. Suya es la frase: “Nunca dibujes nada que se pueda copiar; nunca copies nada que se pueda trazar; nunca traces nada que se pueda cortar y pegar”. En 1966 creó, editó y publicó witzend, uno de los primeros cómics underground. Su última historia fue The Wizard King (1978),una novela gráfica de fantasía.
Un progresivo deterioro de su salud, causado en parte por su alcoholismo, lo llevaron a quitarse la vida cuando apenas tenía 54 años. Su funeral contó con la presencia de varias leyendas del cómic, quienes llegaron a darle el último adiós al maestro.
El artista se fue, pero nos queda su obra, la cual fue recopilada recientemente en dos tomos por la editorial Fantagraphics, lo cual garantiza que el trabajo de Wood seguirá deleitando al público en años venideros.
