El guitarrista guatemalteco falleció ayer luego de una larga enfermedad.
Con su guitarra, Tito Santis Valladares se grabó en la historia de la música bohemia guatemalteca. Su talento hacía vibrar a quien lo escuchara, y por eso el gremio artístico y sus seguidores lamentan desde ayer su fallecimiento, luego de una larga enfermedad.
Un camino de notas
La guitarra fue la gran pasión de Tito Santis Valladares. Con su instrumento, el guatemalteco forjó un camino, tanto en la música clásica como en la popular, aunque fue en la bohemia en la que encontró su espacio.
“El fallecimiento de Tito deja un vacío gigante en el mundo artístico y cultural, pero sobre todo en el bohemio, pues fue un excelente representante de este género”, comenta el marimbista Léster Godínez. El talento de Santis Valladares lo llevó a ser conocido como La guitarra de Guatemala, y a ofrecer recitales en EE. UU., México, Finlandia, Suecia y
Letonia, entre otros países.
Múltiples dones
Los dedos de Santis Valladares se fundían en las cuerdas de su guitarra, lo cual cautivaba a todo el que lo escuchaba. Godínez resalta precisamente su excelencia en la ejecución de su instrumento y su capacidad para tocar por horas, pero también su “increíble don de gentes, porque a todos los trataba como amigos”.
La actriz y violinista Mónica Sarmientos concuerda con Godínez y, además de destacar al músico, celebra su lado humano. “Tito fue un gran amigo de mi familia y mío; incluso cantamos juntos en algunas ocasiones. Uno siempre se la pasaba bien con él, no solo por su talento sino por su manera de hacer chistes”, destaca.