El velerista aprovecha la cuarentena para disfrutar con los suyos.
En las más recientes glorias del deporte guatemalteco, Juan Ignacio Maegli es parte del común denominador, aunque para el navegante eso ha significado, a cambio, sacrificar tiempo con uno de los valores más preciados de la sociedad: la familia. No obstante, en este período de confinamiento ver las sonrisas de los suyos ha sido su mejor pasatiempo.
Entre las cosas positivas que permite la cuarentena, decretada para evitar la propagación del Covid-19, está la de compartir con los seres queridos, un acto que para muchos podría ser normal, pero para Maegli, por ejemplo, es una añoranza constante debido a la agenda de competiciones que lo obliga a permanecer en el extranjero.
“Para mí, el sacrificio más grande de ser deportista es no ver a mi familia durante mucho tiempo, porque no tengo una manera de practicar mi deporte aquí y ser competitivo internacionalmente; entonces tengo que buscar fogueo y competencias afuera”, relata el conquistador de aguas.
El velerista, quien desde los 6 años ha dedicado su vida a representar a Guatemala por medio del deporte, cuenta que desde hace al menos 21 años no tenía la oportunidad de pasar una Semana Santa en su país, y aunque este año sí lo logró, “fue diferente”.
“Mi primera competencia juvenil en vela fue en época de Semana Santa; fue en 1998, o sea que desde ese año no había podido pasar una Semana Santa aquí en Guatemala. Ahora fue totalmente diferente, aunque tocó estar encerrados”, expresa el bicampeón panamericano.
El máximo exponente de la navegación a vela en el país, recuerda, como si fuera ayer, cuál fue la competencia que le hizo comenzar su vida en aguas
internacionales.
“La primera Semana Santa que viajé fue porque teníamos unos sudamericanos juveniles que se hacen siempre en esas fechas. Recuerdo que fue en Cartagena, Colombia. Después de eso ya no paré”, comparte.
Pero además del tiempo que tenía de no disfrutar de la Semana Mayor rodeado de las costumbres de su país, Maegli, 3 veces olímpico (Pekín 2008, Londres 2012 y Río 2016) y con boleto para Tokio 2020 (juegos aplazados para 2021), también hace el recuento de que tenía aproximadamente 15 años de no venir más de 2 o 3 semanas su tierra.
“Me fui a estudiar a Estados Unidos cuando tenía 15 años, y desde esa edad no paso tanto tiempo en Guatemala. Lo más que había venido eran 2 o 3 semanas, y después me iba de regreso a las competencias y a los estudios. Tenía muchísimo tiempo de no estar aquí, con mi familia o con amigos, que al principio si logré verlos”, refiere, ya que vino al país desde el 11 de febrero.
Elegir entre la familia y el deporte no es una decisión fácil, aunque Maegli tiene claro: “Soy bendecido por poder ser un deportista profesional y dedicarle mi vida a mi pasión”.
Aunque lo suyo es “estar afuera”, Juani, como le dicen sus allegados, asegura que durante este espacio junto con su familia han disfrutado de los juegos de mesa, pues es algo en lo que también “soy bastante competitivo y en lo que tampoco me gusta perder”, comentó.