El ligero optimismo que algunos directivos deportivos habían mostrado en los últimos días sobre la posibilidad de volver a reiniciar las competiciones suspendidas por causa del coronavirus contrasta de manera exponencial con lo que piensa la mayoría de los aficionados estadounidenses que solo volverán a los estadios cuando haya una vacuna, tal y como refleja una encuesta.
Esa encuesta, efectuada por la Universidad de Seton Hall, muestra que el 72 por ciento de los estadounidenses no piensa arriesgar su salud por asistir a cualquier evento deportivo en los próximos meses si no están vacunados contra el coronavirus.
El mismo sentir expresó el doctor Jeffrey Smith, miembro ejecutivo del condado de Santa Clara (California).
Smith informó a la Junta de Supervisores del condado que no prevé “ningún evento deportivo al menos hasta el Día de Acción de Gracias (Thanksgiving, el último jueves del mes de noviembre)” y que “sería una suerte tenerlos por esa fecha”.
Los comentarios de Smith llegaron en medio de la advertencia de que levantar la orden de quedarse en casa de California demasiado pronto podría traer consecuencias negativas muy significativas.
“Definitivamente habrá personas que enfermarán y mueran después de que se emita la orden, a menos que se presente una inmunización infalible, lo cual es muy poco probable”, destacó Smith.
Ése es también el sentir de la mayoría de los estadounidenses encuestados que dijeron que no asistirían a eventos deportivos, si se reanudaran pronto, y no hay una vacuna contra el coronavirus.
La encuesta, que tenía un tamaño de muestra bastante pequeña de 762 personas, fue publicada el jueves por la Escuela de Negocios Stillman de la Universidad de Seton Hall.
Cuando se les preguntó a los encuestados que expresaran su grado de afición por los deportes, el 61 por ciento dijo que no irían al campo sin una vacuna. El margen de error es más o menos del 3,6%.
Solo el 12 por ciento de todos los encuestados dijeron que irían a los partidos si se pudiera mantener el distanciamiento social, lo que probablemente conduciría a un número muy reducido de aficionados, personal que opera los campos y los periodistas que cubren la información.