Hoy se cumplen 9 años de la primera clasificación de Guatemala a un mundial.
En tiempos de coronavirus, que obligan al deporte, entre otros espectáculos, a permanecer parado, los parpadeos que traen remembranzas son cada vez más frecuentes, y uno de ellos recuerda que hoy se cumplen 9 años de la histórica clasificación de la Selección Sub-20 de Guatemala al Mundial de Futbol Colombia 2011.
Como cuando una persona especial cumple años. Como cuando una pareja llega a su aniversario, o como cuando se celebra una fecha especial, que ha marcado a una sociedad, así está marcado el 6 de abril en el libro dorado del futbol guatemalteco, y es que, por si fuera poco, es la única vez, hasta el momento, que la azul y blanco se ha clasificado para la competencia más deseada.
El tiempo no perdona. Sigue su marcha como locomotora desenfrenada, y con ello la memoria de una hazaña que se gestó en el entonces llamado Estadio Mateo Flores, hoy Doroteo Guamuch. Independientemente del nombre, el histórico de mil batallas.
Cómo no recordar cuando el coloso de la zona 5 casi estalla de júbilo por aquellos miles de aficionados que acudieron a la cita, cuando los guerreros de la Tierra de Quetzal rompieron contra todo pronóstico y vencieron a Estados Unidos con goles de Gerson Lima y Henry López.
Lo recuerdo con una gran nostalgia, pero con un orgullo muy grande por haber formado parte de ese grupo tan especial.
Elías Enoc Vásquez
Selección Sub-20
La ilusión mundialista dejó de ser un sueño y se convirtió en realidad desde el minuto 33, cuando Lima con un gol de cabeza venció al rival, y así despertó la euforia de aquellos mismos que quizá hoy reprochan que desde entonces la historia no se ha vuelto a repetir, pero que en ese momento llevaron su garganta al desgaste por el grito de gol.
Y aunque en el 65 los estadounidenses empataron, en el 68 López convirtió lo “imposible” en posible, porque no solo sellaba el pasaporte que los llevaría a Colombia 2011, sino que también dejaba en el camino al “gigante” de la región.
“Hasta antes de ese partido la gente aún no nos conocía. Ese hecho marcó un antes y un después para los que logramos la clasificación, aunque nada ha sido fácil después de eso. A muchos nos ha tocado seguir picando piedra”, comenta Elías Enoc Vásquez, el capitán del grupo.
Hoy, Lima, con problemas de salud por convulsiones, juega para el Deportivo Achuapa, en la Liga de Primera División de
Guatemala, mientras que López levantó el banderín blanco, y ahora dirige una academia de futbol en Estados Unidos, donde reside.
Otro de los que renunció al futbol fue José Carlos Castillo, quien no solo obtuvo honores en su clasificación para el mundial, sino que también los recibió como académico, pues en su graduación como administrador financiero en 2018, en el Instituto Tecnológico de Monterrey,
México, obtuvo el Summa Cum Laude (mención honorífica
de excelencia).
Figuras como Vásquez, actualmente milita en el Cobán Imperial, en una realidad similar a la del resto de jugadores mundialistas, quienes hoy están repartidos en diversos equipos del balompié guatemalteco, a excepción de Marvin Ceballos, quien marcó gol en el mundial, y ahora es parte del Leones Negros de la liga de ascenso de México, y uno de los pocos legionarios con los que cuenta el país.
