José Pontaza, exciclista guatemalteco, partió el viernes al descanso eterno.
Juan José Pontaza Izeppi, una de las glorias del ciclismo guatemalteco, partió al descanso eterno el viernes anterior, debido a un paro cardiorrespiratorio, según confirmó su familia.
En los últimos años, Pontaza fue aquejado por múltiples infartos que lo obligaron a hacer uso de un marcapasos. No obstante, al último no resistió, apagando así la sonrisa física que siempre lo acompañó.
Debido a la situación mundial y a las medidas decretadas en el país, Pontacita fue velado y sepultado en intimidad familiar, algo a lo que no estaba acostumbrado, pues siempre fue ovacionado por multitudes, como en 1963, cuando se consagró campeón de la Vuelta a Guatemala.
Fue uno de los referentes del deporte del pedal en el país y vivió la “época dorada” del ciclismo, junto con leyendas como Jorge de León Surqué, Benigno Rustrián y Edin Roberto Nova, entre otros.
Hombre ganador
Además de ser el tercer ganador del giro chapín en su séptima edición, en su historial local figuran 12 etapas ganadas, las cuales lo acreditan como el guatemalteco con más victorias.
“Era suicida para tomar las bajadas. Un día me topé con un paredón”, contó Pontaza Izeppi a este matutino, en una entrevista publicada en la edición del 21 de febrero de 2019.
Pero no solo brilló en su propia tierra. Con su gallardía también se encargó de exaltar al país en el extranjero, ya que en 1965 se consagró amo y señor de la Vuelta a El Salvador, mientras que en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 1966, en San Juan, Puerto Rico, fue subcampeón.