El equipo nacional de taekwondo trabaja arduo por clasificarse para los Juegos Olímpicos.
Un poco de música ameniza una de las calurosas tardes de preparación del equipo guatemalteco en la Federación Nacional de Taekwondo, de cara al torneo clasificatorio a los Juegos Olímpicos Tokio 2020, el cual se realizará en Costa Rica, la segunda semana de marzo.
Son las 14:00 y, aunque en el exterior la temperatura ronda los 27 grados, adentro del dojo (gimnasio) y sobre el tatami (alfombra) el calor se percibe más, y es que solo presto atención, sentado, a la forma en que los guerreros nacionales ensayan, en parejas, las patadas, giros, bloqueos, defensas, desplazamientos y golpes con los puños.
Rodeada de atletas hombres estaba Yuliena Pedroza, de 22 años, quien destaca entre la nueva generación de taekwondoistas guatemaltecos.
Era la única mujer en la práctica, ya que su compañera Lucía Abadía, la capitana del equipo, se entrena en México, en el Club Tigres de la Universidad Autónoma de Nuevo León, desde hace aproximadamente 10 meses.
Entre los silbatos y las directrices del sensei Federico Rosal, Pedroza se desenvuelve orgullosa por cómo ha comenzado deportivamente su 2020, ya que después de 4 meses sin combates oficiales, por lesión, a principios de este mes regresó y se colgó la medalla de oro en el Abierto de México, a pesar de que únicamente iba por “tener sensaciones de competencia”, como quería Rosal.
A medida de que el tiempo avanza, el entrenamiento da giros y se torna más intenso, a pesar de que solo era “regenerativo”.
El sudor en el cuerpo de los atletas es evidente, producto del esfuerzo y la disciplina que también reflejan. Lapsos cortos de trabajo, pero intensos, una pausa, hidratante y a repetir la fórmula con la que buscarán clasificarse a los Juegos Olímpicos de este año.
Al lado izquierdo de Yuliena, además de la disciplina, se percibe una milla extra, la cual se refleja con los gritos que surgen de los ejercicios que realiza Gersson Mejía, paratleta de la disciplina, quien para hacerse más fuerte y mantenerse entre los mejores cuatro del mundo, entrena con sus compañeros con capacidades absolutas.
Mejía reboza de emoción, porque es la primera vez que se da la adaptación del parataekwondo en el ciclo paralímpico, por lo que su esfuerzo lo funda con el objetivo de clasificarse a los Juegos Paralímpicos Tokio 2020.
Con la misma humildad trabaja César Aguilar, Beto, como le dicen de cariño, quien con tan solo 17 años de edad se porta a la altura de sus compañeros para, también, dar batalla por un boleto que lo lleve a las máximas justas multideportivas del mundo, como un día lo lograron Heidy Juárez, Gabriel Sagastume, Euda Carías y Elizabeth Zamora, quienes regresaron con diploma olímpico.
Entrenamientos, campamentos y torneos marcan el día a día de los combatientes élite del país, en Guatemala o en el extranjero, en su afán por alcanzar su máximo “sueño”, palabra con la que describieron Tokio 2020.