Delegados de 13 países analizan acciones para responder a emergencias.
La capital de Ecuador alberga esta semana una reunión en la que participa más de una veintena de delegados de las Fuerzas Armadas, Policía y Bomberos de 13 países de Latinoamérica y el Caribe, destinada a dar respuesta a emergencias químicas.
Denominado Ejercicio de Gabinete sobre respuesta a Emergencias Químicas para Estados, el simulacro se prolongará hasta el viernes, cuyos participantes forman parte de la Convención de Armas Químicas.
De acuerdo con un boletín del Ministerio de Defensa ecuatoriano, el propósito de la actividad es abordar aspectos relacionados con la coordinación y respuesta en caso de un ataque con armas químicas o un incidente químico industrial de grandes proporciones.
Asimismo, “facilitar el intercambio de información y promover las redes de trabajo”, de acuerdo con el documento, que precisa que las delegaciones participantes fomentan la aplicación del artículo 10 de la Convención de Armas Químicas (CAQ) en América Latina y el Caribe.
Por primera vez, Ecuador es anfitrión de este ejercicio que permite el “desarrollo de protocolos y programas de protección contra las armas químicas”, una de las obligaciones que tienen los Estados miembros de la Convención.
El encuentro tiene previsto sentar las bases para la creación de una unidad militar que actúe en caso de que se presente alguna emergencia de carácter químico, biológico, radiológico o nuclear.
El ministro de Defensa ecuatoriano, Oswaldo Jarrín, inauguró la actividad, a la que asistió el jefe del Comando Conjunto, el general de División Luis Lara y el alto mando de las Fuerzas Armadas.
Jarrín manifestó que el ejercicio forma parte de la idea que se tiene sobre la nueva seguridad en el mundo, y permitirá que los agentes del orden conozcan datos que les permitan manejar la respuesta ante incidentes con armas químicas, tanto a nivel regional como mundial.
El representante de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), Justo Quintero Méndez, aseguró que la entidad ha supervisado durante 20 años la destrucción de agentes químicos a escala mundial.