Historia, evolución y novedades del festival internacional organizado por el Instituto Guatemalteco Americano.
El Guatemala Jazz Festival celebra dos décadas de abrazar al público local con las notas de este género musical. Para la ocasión, el Instituto Guatemalteco Americano (IGA), junto a la Municipalidad de Guatemala, esparcirá del 5 al 28 de marzo 28 conciertos de 19 agrupaciones provenientes de 13 naciones, por tres ciudades del país.
Para todos
El deseo de llevar arte y cultura mediante un elemento que uniera a diferentes personas y países dio origen, hace 20 años, al Guatemala Jazz Festival. “Con el apoyo de otras seis naciones arrancamos la aventura de organizar la primera edición. Esta tenía como única condición ser gratuita, para que llegara a una mayor cantidad de guatemaltecos”, señala Ana Sylvia Ramírez, directora general del IGA.
En este tiempo la celebración no solo se ha mantenido, sino crecido. Por lo que, a ojos de Ramírez, se ha convertido “en una fiesta nacional”, que se ha expandido también a la Antigua Guatemala y Quetzaltenango.
De esa cuenta, a esta edición se añaden dos nuevos sitios en la capital guatemalteca: la zona peatonal de 4 grados norte, zona 4, y la Plaza Cristóbal Colón, en la avenida Las Américas.
*La fiesta. El Guatemala Jazz Festival arranca con una jam session que reunirá a diferentes generaciones de músicos locales. Asista mañana a las 20:00 a la Alcaldía Auxiliar de zona 4. El programa completo se desarrollará del jueves 5 al sábado 28 de marzo. Más detalles en: jazz.iga.edu
Diferentes estilos
Gracias a esta celebración, a suelo guatemalteco han llegado jazzistas de EE. UU., Alemania, España, Italia, Suiza, Eslovaquia, Francia, Israel, México, Costa Rica, Honduras y este año, por primera vez, Austria. “Hemos tenido músicos de primer nivel que han desplegado los diferentes estilos del jazz y se han enamorado del país, al punto de que regresan para las siguientes ediciones, o incluso para casarse aquí”, detalla la directora general del IGA.
Roce internacional
Más allá de las presentaciones, un punto destacado de este festival ha sido el intercambio artístico, afirma Ramírez: “Una de nuestras prioridades siempre ha sido ofrecer ese roce entre los jazzistas locales y los extranjeros por medio de las clínicas. En ellas los músicos invitados regalan su tiempo a los artistas deseosos de conocimiento”.