Autoridades de los ministerios de Ambiente y Recursos Naturales (MARN) y de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA) suscribieron un convenio de cooperación con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), para fortalecer el trabajo institucional para medir el impacto de los gases del efecto invernadero.
El proyecto de cooperación se denomina Generación y preparación para la formulación de propuestas de financiamiento para el sector agrícola, silvicultura y otros usos en Guatemala, para prevenir el impacto del cambio climático.
“El apoyo implica la donación de Q6 millones, equipo y la capacitación técnica de personal para identificar el impacto en las diferentes áreas”, informó Lucio Santos, oficial forestal de la FAO.
No es la primera vez que la FAO apoya este tipo de proyectos. El año pasado, esta organización y la Agencia de Cooperación Internacional de Corea anunciaron un programa para que los productores agroforestales mejoren su resiliencia frente al cambio climático.
El proyecto tuvo como objetivo diseñar, promover y establecer políticas basadas en la restauración de tierras degradadas y el desarrollo de micronegocios.
Guatemala tiene vocación forestal, el 35 % de su territorio está cubierto de bosques, y la degradación de estos puede tener consecuencias muy fuertes para la biodiversidad y la población guatemalteca.
Se le llama cambio climático a la variación global del clima en la Tierra por la acción de los seres humanos. Se produce por el proceso conocido como efecto invernadero, que provoca calentamiento global.
Según la FAO, este fenómeno amenaza la capacidad de alcanzar la seguridad alimentaria mundial, erradicar la pobreza y lograr el desarrollo sostenible.