A pocos días de que se realice la 92 edición de los premios Óscar, escribo esta columna para recomendar dos cintas.
Empecemos con 1917, para lo que requerimos de un poco de contexto. Hay pocas películas que retratan el cruento escenario de la I Guerra Mundial, como Path of Glory (1957), actuada por Kirk Douglas y dirigida por un novel Stanley Kubrick. Recientemente, Peter Jackson se adentró en ese universo con su documental They Shall Not Grow Old (2018), en el que reunió testimonios desgarradores de los veteranos antes, durante y después del conflicto.
Ahora es Sam Mendes quien se inspiró en las historia de su bisabuelo para construir 1917. La trama gira en torno a dos cabos rasos que tienen hasta antes del amanecer para entregar un mensaje que impida que el Ejército inglés ataque a la milicia alemana que simuló una retirada para emboscarlos.
Para retratar esta misión suicida, Mendes recurre al lenguaje cinematográfico de un solo plano secuencia. Una sola toma con el fin de que, nosotros como espectadores, acompañemos a los protagonistas por aquel escenario miserable y funesto que se ahoga entre el fango, la confusión y la putrefacción humana. Cuenta con un elenco de pesos pesados, como Colin Firth, Mark Strong y Benedict Cumberbatch, y los jóvenes George MacKay y Dean-Charles Chapman.
Jojo Rabbit, dirigida por Taiki Waititi, quien tiene en sus créditos Thor: Ragnarock (2017), nos cuenta la historia de Jojo, un infante antisemita que pertenece a la juventud del partido nazi. Es tal su fascinación con Hitler que tiene conversaciones imaginarias e hilarantes con el dictador. Rabbit es el apodo que le colocan al no poder matar un conejo por orden de sus superiores.
Al llegar a su casa, Jojo escucha ruidos en la pared y por accidente descubre el escondite de Elsa, una chica judía huérfana que huye de la Gestapo. Jojo se enamora de Elsa como un niño de su maestra y, mientras más la conoce, descubre que los judíos no son los monstruos que los nazis dicen. A partir de ahí, el niño tiene serias discusiones con Hitler y se desengaña de la filosofía de la ultraderecha.
El romance entre Jojo y Elsa recuerda a Moonrise Kingdom, de Wes Anderson, tanto por su tratamiento narrativo como su técnica cinematográfica. Ver a Hitler como un líder amanerado e inútil me hizo retroceder al Springtime for Hitler, de The Producers (2005). Podemos decir que la cinta es una sátira de mucha actualidad en la que se ponen en evidencia los extremismos más baratos que manipulan y polarizan a las sociedades como niños, al aprovecharse de su ignorancia.
La película cuenta con las actuaciones de Sam Rockwell, Rebel Wilson, Stephen Merchant, Thomasin McKenzie y Archie Yates. Ambas películas tienen mucho corazón, son conmovedoras e imperdibles.