Te
levantas. Vas al trabajo. Trabajas. Vuelves del trabajo. Esta rutina, la de la
mayoría de los trabajadores de las grandes ciudades, es el espejo en el que se
mira Mosaic, un videojuego que
retrata la angustia y soledad de la generación millennial.
Mosaic, que acaba de llegar a Nintedo
Switch (ya está disponible para PC, Xbox y Apple Arcade) está firmado por
Killbrite, un estudio independiente noruego integrado por una decena de
jóvenes, que han utilizado sus propias experiencias para construir este
desolador escenario. Su trabajo anterior es Among
the Sleep, un videojuego sobre el alcoholismo desde el punto de vista de un
niño de dos años, que obtuvo una larga nómina de premios.
Mosaic surgió justo tras “una etapa
de completo agotamiento” para finalizar este videojuego. “Trabajamos sin
descanso”, relata Adrian Husb, director del juego, que lo presentó hoy en
Madrid.
Mosaic refleja con precisión la
trampa existencial de los jóvenes millennial. El protagonista desarrolla su
vida en bucle, siempre acompañado por su teléfono, en una sociedad fría,
masificada y marcada por la tecnología, mientras pasa horas en el metro o
trabajando delante de un ordenador.
El escenario en el que se desarrolla la historia es “claustrofóbico, oscuro y
con cierto toque surrealista”, detalla el creador. La gente no se mira, el
escenario es en tonos oscuros y todo esta marcado por líneas duras.
El teléfono es un elemento clave del juego, el personaje principal se pasa
horas pegado a él. Es lo primero que agarra cuando se levanta, es lo que mira
cuando va en transporte público, es lo último que mira al acostarse. “La
tecnología y la sobrexposición a las redes sociales, es parte del problema de
ese desolador panorama”, explica Husb.
A lo largo del juego se invita al jugador a salir de esa vida en bucle,
aparecen pequeñas señales que el jugador puede seguir o no. “Una de los cosas
importantes del juego es hacer justo lo contrario de lo que se supone que debes
hacer. Como apartar tu mirada del celular o girar en una dirección cuando la masa
de gente va en la contraria”, explica el creador del videojuego, que combina la
narrativa con los puzzles.
La propuesta guarda referencias con obras de cine como Playtime, de Jacques Tati; Tiempos
Modernos, de Chaplin; y Metropolis,
y hace un pequeño homenaje a los postulados de Thomas Piketty, el economista
francés especialista en desigualdad económica y distribución de la renta en la
economía neoliberal.
Killbrite trata de hacer reflexionar al jugador sobre esa “vida trampa” y anima
a salir de ella. “Nosotros aprendimos la lección tras aquella etapa”, reconoce,
ahora anima a otros a hacer lo mismo.
*EFE