A sus 9 años, Damaris Chávez rompe barreras y estereotipos por medio del deporte.
El momento en el que la disciplina y las ganas de superarse convergen, se convierten en una herramienta capaz de romper con cualquier barrera; ejemplo de ello es la pequeña golfista Damaris Chávez, quien vive en el asentamiento Las Torres, y este año se consagró subcampeona del Torneo Interclubes Centroamericano y Panamá Infanto-Juvenil, celebrado en Managua, Nicaragua.
Chávez se inició en el golf casi por “accidente”, según contó su entrenador, Rodrigo Castillo, quien compartió que hace 6 años ella solo acompañaba a 2 de sus hermanos mayores a ver cómo entrenaban la disciplina, pero cuando se aburría se dedicaba a “jugar o hacer algunas travesuras”.
Después de un año de ir con sus hermanos, la pequeña le agarró gusto a dicho deporte y en la actualidad forma parte del programa Enlace Entre Barios, de la Fundación Olímpica Guatemalteca; recibe el apoyo de la Asociación Deportiva Nacional de Golf y adopta el deporte como un instrumento de integración con el cual puede superar barreras sociales.
El ambiente de violencia y drogas que se vive en Las Torres, a causa de los grupos delictivos que allí se arraigan, es el que la pequeña deportista respira día a día, y por eso busca un evasivo, practicando también atletismo dos veces por semana.
Y es que sus objetivos los tiene claros: “Representar algún día a Guatemala en Estados Unidos”, según comentó con un tono bajo de voz, y un tanto tímida, en los alrededores del asentamiento, donde nos atendió para la entrevista.
La disciplina es uno de los pilares con más cimientos en Chávez, según expresó su madre, Lesvi Castro, quien para apoyar con el sustento de su hogar, compuesto por 6 personas, se desempeña como trabajadora doméstica, mientras su esposo labora en la colocación de vidrios. Ambos tienen un sueño en común: ver a su hija competir, algo que por falta de tiempo no han podido cumplir.
“Ella se encarga de poner sus alarmas”, exteriorizó Castro en relación con la responsabilidad de la pequeña, de 9 años de edad, a quien le gusta estar puntual en su centro de estudios, donde cursa el cuarto grado de primaria. Su materia favorita es Matemática, y la que menos le gusta es Ciencias Naturales, aunque eso no influye en sus buenos resultados.
A los ojos del preparador Castillo, Chávez “es una niña que persevera”, porque “a veces se ponen ejercicios y rutinas un poco exigentes, y las cumple”. Confiesa que también es “alegre” y en oportunidades “quiere pasar su rato divertido”.
Sus sueños no paran, y ella no descansa para alcanzarlos, por eso es que la próxima semana disputará una nueva competencia: el primer Ranquin Nacional, el cual es clasificatorio a los Juegos Deportivos Nacionales y otros eventos, y en el que buscará seguir destacándose para ratificar cómo el deporte le está cambiando la vida.