Netflix estrena el viernes la serie fantástica The Witcher, ocho capítulos de una hora de duración que prometen un nuevo universo de magia oscura y batallas épicas en que las mujeres “son fuertes y poderosas no como consecuencia de un hombre, sino que sus historias son independientes”.
Así lo explicó en una entrevista Freya Allan, la princesa Ciri, que junto a Anya Chalotra, la hechicera Yennefer, visitan Madrid para promocionar el estreno. Las protagonistas femeninas de la serie coincidieron en destacar que este es un paso importante. “Esto va por el buen camino: ya muchas series se hacen así, pero tiene que haber más”, apuntó Chalotra.
A sus 18 años, Allan se alegró de que en la serie haya “tantos personajes femeninos potentes” y le “emociona” que el feminismo sea “un gran tema de conversación, que la gente lo piense y lo discuta, que sean conscientes de que las cosas están cambiando y yendo hacia el camino adecuado”.
Porque The Witcher es también un mundo de reinas que gobiernan sin rey, magas que forman parte de los círculos de poder y princesas que eligen su futuro y a sus maridos. “Y lo mejor es que todas estas mujeres no son fuertes y poderosas como consecuencia de un hombre sino que sus historias son independientes, no están ahí para ayudar a Geralt”, añadió la joven británica.
Es Geralt de Rivia, The Witcher, un atractivo brujo de largo pelo blanco y voz profunda que vive de eliminar monstruos nocivos para la comunidad. Interpretado por el superman Henry Cavill. Geralt se repone de todas las heridas que sufre en sus peleas a muerte, salvo de la causada por alguien que le rompió el corazón.
El protagonista absoluto de la saga creada en la década de los 80 por el polaco Andrzej Sapkowski deja paso en la serie a una composición coral en la que cada personaje avanza hacia su lugar en el mundo.
Quizá por ello, las palabras que más se repiten son destino, amor y magia, salvoconductos de un mundo, El Continente, donde humanos, elfos, hechiceros, gnomos y monstruos pelean por sobrevivir en un terreno donde el bien y el mal no están bien delimitados.
“Nos preguntan mucho por Juego de tronos porque las dos series van de fantasía, pero aquella se ha acabado y esta está a punto de empezar”, comentó Chalotra, quien confesó que no piensa ahora más que en hacer la segunda temporada de The Witcher, apalabrada antes del estreno de la primera.
Allan añadió que The Witcher juega con la ventaja de contar con una legión de fans “que adoran a los personajes”. Se refiere a los gamers de los videojuegos desarrollados por CD Projekt Red Studio hace ya más de doce años.
Ya que ninguno de ellos los conocía, ni tampoco los libros de la saga, han “creado” a su aire a sus personajes.
“Ciri, la princesa de Cindra, es muy terca, no se rinde ante nada y es muy curiosa, algo que creo que ahuyenta a la gente de su alrededor. Ha estado muy protegida y cuando literalmente la lanzan al mundo exterior te das cuenta de la determinación que tiene”, dijo la actriz que, como su compañera, encara su primer papel destacado.
Por su parte Yennefer, explicó Chalotra, “es una hechicera que tiene sangre de elfo, lo que le da unos poderes extraordinarios, pero no son fáciles de controlar”.
Para entender a esta mujer tan especial, agregó, “tenemos que ver cómo se inicia su transformación, con 14 años, y descubre lo que significan sus poderes para ella. Así entendemos que desde su infancia su objetivo es encontrar una auténtica conexión con el mundo, ser ‘alguien’”.
“Es una superviviente, muy carismática y con una energía magnética que hace que la gente se de la vuelta; le va mucho el color negro”, según Chalotra, porque verdaderamente el vestuario es muy importante en la serie.
Un trabajo reseñable de Tim Aslam, el diseñador del vestuario de Los miserables o El hilo invisible, por ejemplo; mención aparte el maquillaje y la creación de monstruos, desarrollado por un equipo de 60 personas.
*EFE