Podría decirles que para mí 1997 fue un año muy importante en cuanto a descubrimientos musicales. A decir verdad, fue decisivo y formaría mi gusto por ciertos géneros. Inglaterra, en la década de los 90, era el lugar donde se tenía que vivir. La creatividad artística fluía en todas sus formas: moda, arte y, sobre todo, música.
En esos años, y a manera de un golpe de suerte, llegó a mis manos el disco Dummy, de la banda de trip hop inglesa Portishead. Creo que todos hemos tenido momentos parteaguas, y este material lo fue para mí. A la fecha, es un álbum que me sigue pareciendo relevante y de esas joyas que no tienen fecha de caducidad. Genialidad pura.
En ese entonces el trip hop me parecía algo completamente nuevo y, a partir de ese disco, fue un abanico de descubrimientos. Este 2019 se cumplen 25 años del lanzamiento de uno de los mejores álbumes de esa década y, ¿por qué no decirlo?, de la historia de la música contemporánea.
Portishead puede no haber inventado el trip hop, pero fueron de los primeros en popularizarlo, particularmente en EE. UU. Siguiendo el ejemplo de los ritmos lentos y sutiles, que dominaron agrupaciones como Massive Attack, agregando elementos de jazz, acid house y música de banda sonora, el grupo creó un sonido atmosférico y seductor.
La agrupación no era tan vanguardista como Tricky, ni estaba tan atada a las tradiciones de baile como Massive Attack. En cambio, escribió canciones pop evocativas que subvirtieron sus estructuras convencionales con producciones experimentales. Como resultado, Portishead atrajo a una amplia audiencia. No solo a los fanáticos del rock alternativo, sino que también del techno.
Antes de que Portishead lanzara su álbum debut, Dummy, en 1994, el gran atractivo de trip hop aún no era evidente. Pero la placa se convirtió en un éxito en Gran Bretaña, superando la mayoría de las encuestas conformadas por los críticos y ganando el prestigioso premio Mercury Music. En EE. UU. también fue un hit y vendió no menos de 150 mil copias antes de que el grupo recorriera ese país.
Después del éxito de Dummy aparecieron hordas de imitadores, pero la banda había puesto la vara demasiado alta. Tal vez demasiado. Aún hoy, no saben cuánto deseo encontrar otro grupo que me impacte de la forma en que lo hizo Portishead, y recordar la sensación de mi piel eriza de ese ya tan lejano 1997.
Para escuchar: todo el disco Dummy.