orge Daniel Patzán, originario de colonia La Esperanza, El Milagro, zona 6 de Mixco, conquistó en noviembre pasado el segundo título mundial consecutivo de fisicoculturismo, en la categoría de físico clásico de hasta 168 centímetros de estatura, en el Campeonato Mundial desarrollado en Fujairah, Emiratos Árabes Unidos.
En la competencia también participó representando a Guatemala Érick Sánchez, quien obtuvo el subcampeonato en la categoría de juegos de cultura física clásica.
Para Patzi, como le dicen sus amigos a Jorge, es notorio cómo ha cambiado su vida, pues dejó de ser quien pedía fotos en las competencias para volverse figura y “aunque las personas no saben dónde queda Guatemala, el nombre del país suena por todo lo alto”.
“El guatemalteco promedio es de baja estatura, por esta razón no puede competir con pesos demasiado altos, a diferencia de los europeos, cuya estructura ósea les permite ganar mucho más músculo. De tal razón es que compito en la categoría de físico clásico, en la cual se muestra el cuerpo armónico y bien proporcionado en relación de la talla con el peso”, explicó Patzán.
El atleta disputó el título frente a rivales de Argelia, Egipto, Irán, Serbia, Polonia, Siria y Arabia Saudí. “El polaco Tomasz Sadkowsky venía de ser bronce el año pasado, y ahora se quedó con la medalla de plata, mientras que el argelino Djamel Mansouri obtuvo el bronce”, añadió.
“Cuando uno va a competir lo hace con honor, esto es con preparación, porque es con el dinero de los guatemaltecos, y por eso no voy solo a participar, sino a tratar de ganar. Esto me ha valido para ganar el reconocimiento no solo de mis compatriotas sino de muchos centroamericanos que se han sentido identificados con mi título”, dijo Patzi.
El despegue de Patzán ha sido vertiginoso, pues en 2015 acudió por primera vez a la Selección Nacional, luego de iniciarse en 2013 en esta disciplina, y a partir de ahí ha sido 6 veces campeón centroamericano (1 en los Juegos de Managua 2017), 1 título y otro subcampeonato panamericano, un tercer lugar bolivariano y 2 veces monarca mundial.
“La clave es vivir la vida de atleta, que significa comer bien 24/7, entrenarme 5 días a la semana, no salir a fiestas ni trasnochar, porque el talento no es suficiente, y por eso hemos trabajado duro durante todos estos años”, analizó el atleta.
“Siempre me gustó el deporte, antes me metía a carreras y lograba segundos y terceros lugares, además, me encantaba jugar futbol, incluso me perdí mi primera convocatoria a la selección en 2014, por estar lesionado por practicar balompié. Entonces mi entrenador Roni Zamora me aconsejó, para que no arriesgara mi carrera por un pasatiempo”, comentó.
“El deporte no mira estado económico o social, no ve si eres del barrio más pobre o la colonia más adinerada, tampoco si se viene de un país rico o con los grados más altos de desnutrición, eso es lo bonito de esto. Nunca podré dejar de agradecerle a mi mamá, Regina Patzán, quien se esmera porque tenga la mejor alimentación y cocina hasta 7 veces al día solo para mí”, concluyó.