El Flamengo se dio ayer un baño de masas y, con un multitudinario recibimiento de su hinchada, el equipo más popular de Brasil comenzó los festejos en casa después del título de la Copa Libertadores de futbol conseguido el sábado en Lima, cuando derrotó por 2-1 al argentino River Plate.
La plazoleta de la Iglesia de La Candelaria y el Mercado Popular de Uruguaiana ya estaban atiborrados de hinchas, incluso desde la noche del sábado, y la Central do Brasil, la emblemática estación de trenes y autobuses del centro de Río de Janeiro, no paraba de recibir hinchas flamenguistas de todos los rincones de la ciudad.
Pasaron 38 años para que el Flamengo, que fue campeón de las Copas Libertadores e Intercontinental de 1981, con la gloriosa generación de Zico, Júnior y compañía, volviera a saborear las mieles del triunfo con un título internacional de envergadura.
Las nuevas generaciones nunca vieron al Fla coronarse campeón internacional e incluso desde 2009 no disfrutaban de un título de liga, campeonato que logró ayer, sin jugar, luego de que el Palmeiras, que lo escolta a 13 puntos, cayera contra el gremio, con 12 unidades en disputa.