Cuando Chad Allen se quedó ciego a los 28 años, a consecuencia de una enfermedad llamada retinitis pigmentosa, recurrió a los audiolibros, aprendió a leer Braille y volvió a la literatura en prosa que había amado, desde Mary Shelley hasta Ray Bradbury. Sin embargo, extrañaba los cómics. Entonces, se preguntó: “Si se puede escuchar la prosa, ¿por qué no a las historietas?”.
La refutación a eso es obvia: los cómics son un medio visual, una unión de texto y arte gráfico. Pero la idea perduró. “Básicamente cada cómic es altamente visual. Pero no vemos esas imágenes con nuestros ojos, las vemos con nuestro cerebro”, dice Allen. “Es toda la historia lo que importa. Es cómo describimos a nuestros cerebros en qué consiste esa trama”.
El resultado es Unseen (2019), un cómic en audio. Es el primer título dirigido a personas ciegas, con un personaje ciego y realizado por un creador ciego. La experiencia es similar al cine descrito en audio: cada panel se describe de manera práctica, se habla el diálogo y se escucha un sonido de “whoosh” cuando comienza la siguiente página.
Ubicado en un futuro cercano, la acción del primer número toma lugar en la frontera entre EE. UU. y México, donde un régimen tiránico estadounidense está permitiendo que se experimente con inmigrantes para fines nefastos. En este escenario entra Afsana, una asesina nacida en Afganistán que también es ciega y, además, puede volverse invisible. No muy diferente de cómo el resto de la sociedad puede hacer sentir a las personas ciegas y discapacitadas, pues a menudo opta por no notarlas en absoluto.
“Veo al narrador como una especie de cumplimiento del papel del caddie en el golf”, afirma Allen. “Ella está llenando los vacíos, llevando la historia, permitiéndole al lector experimentarlo todo. Digamos que un alienígena aterrizó en la Tierra y tienes que describirles lo que era un cómic, lo harías verbalmente. Estarías describiendo la acción en un panel y el diálogo. Eso es exactamente lo que estoy haciendo”.
El primer número, que dura unos 20 minutos, se completó este año y se presentó en una exposición en el Museo Exploratorium de Ciencia, Arte y Percepción Humana de San Francisco. Resultó inmensamente popular, lo que llevó a Allen a lanzarlo por tiempo limitado como una transmisión de audio.
Termina en un momento culminante; así que la pregunta más frecuente de los oyentes es: “¿Qué pasa después?”. “Tengo 12 números preparados”, dice Allen. “Ahora estamos planeando cómo publicarlos todos”. Ya tiene su audiencia: “Recibí un mensaje de un hombre en China que dijo que había estado escuchando a Afsana mientras caminaba por la calle, en Beijing. Eso me parece increíble. Afsana es para todos”.