Manuel Rodas: del futbol al ciclismo

Alex Jacinto1

El quetzalteco ganó su segunda Vuelta a Guatemala.

Los sueños de Manuel Rodas, aquel niño que cuando le agarró amor al deporte imaginaba destacar como futbolista, se transformaron e hicieron realidad, pero no en el balompié, sino en ciclismo, disciplina en la que el pasado viernes escribió su nombre en el Olimpo al consagrarse, por segunda vez, campeón de la Vuelta Ciclística a Guatemala.

La Esperanza, Quetzaltenango, fue la tierra que hace 35 años vio nacer al tercer ciclista guatemalteco en ganar, por doble ocasión, su propio giro, y el decimoquinto en la historia. Y aunque en sus primeros años se proyectaba como un goleador del Xelajú, la vida le tenía otro camino, que pudo conocer gracias a su tío, el exciclista Omar Ochoa.

“El triunfo es para toda
Guatemala, porque necesitamos de logros como este.”
Manuel Rodas
Campeón de la 59 Vuelta Ciclística a Guatemala

El padre de Manuel fue el primero en oponerse a la idea, pues quería que su hijo se instruyera en la Escuela Politécnica y siguiera con su legado militar, pero las circunstancias conspiraron a favor de Manuel, ya que su progenitor no contaba con los recursos para costear dicha formación, por lo que tuvo vía libre para probarse en el deporte del pedal.

A sus 16 años, Manuel ratificó que montar en bicicleta era lo suyo, pues consiguió su primera medalla: una de bronce en la contrarreloj por equipos de los Juegos Intermunicipales. Desde entonces no volvió a bajarse del caballito de metal, desde donde ha sido protagonista de una serie de triunfos, los cuales consolidó hace 3 días al ganar la edición 59 de la máxima competición ciclística del país.

Manuel Rodas (c) logró la hazaña deportiva gracias al respaldo de sus compañeros, del equipo Decorabaños.

Fue en 2017 cuando Manuel Rodas se acercó a la cumbre del ciclismo guatemalteco, al ganar la Vuelta de ese año, después de 14 ediciones de ver reinar a los extranjeros. En 2018, su compañero de equipo, Alfredo Ajpacajá, probó las mieles del triunfo, y este año el Superchivo volvió, no solo para titularse bicampeón, sino para ser el hombre que, por primera vez, le da un tricampeonato a Guatemala.