El Real Madrid encara con la obligación de ganar en la visita, hoy (13:00), al infierno turco de Estambul, a un Galatasaray que mantiene la duda de si podrá contar con el colombiano Radamel Falcao, y con las mismas necesidades, luego de derrumbarse su estabilidad en Liga y siendo vulnerable en Liga de Campeones, con 1 solo punto de 6 posibles, que presentan una situación límite para Zinedine Zidane.
Al técnico de las tres Champions consecutivas se le comienza a mirar con lupa, desde las altas esferas de la casa blanca.
La visita al Ali Sami Yen se presenta como un examen tempranero e inesperado, pero la derrota con mala imagen en el Parque de los Príncipes (3-0) y la fragilidad defensiva frente al Brujas, en el Santiago Bernabéu (2-2), convierten los partidos en obligaciones.
Cada derrota provoca un terremoto en el Real Madrid. Si además es con la imagen dejada ante un recién ascendido, como el Mallorca, con una segunda unidad que no está a la altura y con Zidane reservando jugadores, pese a siete bajas de habituales titulares, todo se agrava. Sobre su figura arrecia la crítica. Cuestionadas sus decisiones, sus habilidades tácticas y el estado de forma de algunos futbolistas. Estambul es el lugar donde silenciar todo y recuperar crédito, tras tiempos de inestabilidad. Estambul, EFE