Londres, EFE.- El Liverpool tuvo que tirar de un actor secundario como Adam Lallana para
rescatar un punto de Old Trafford contra el Manchester United y evitar la
primera derrota liguera del conjunto de Jürgen Klopp, que se queda seis puntos
por encima del Manchester City.
El United, necesitado de victorias, se había adelantado luego de una decisión
del VAR al dar gol de Marcus Rashford en la primera parte y los de Ole Gunnar
Solskjaer habían conseguido aguantar la renta hasta que, a cinco minutos del
final, Lallana sacó oro para un Liverpool que mostró un nivel bastante pobre.
No hubo arreón como acostumbran los reds
al comienzo. Fue una salida muy conservadora, sorprendente para lo que
acostumbra el conjunto de Klopp, pero parecían órdenes directas suyas. Esperar
al United y ver qué hacía. Cierto es que esa era la gran incógnita. Un equipo
cargado de bajas, con mucho joven y que sufrió de problemas también en el
calentamiento, con la lesión de Tuazenbe y la entrada de Marcos Rojo.
El plan funcionó mejor a Solskjaer que a Klopp ya que el Liverpool desdibujó su
habitual cara y se perdió en Old Trafford. Tampoco es que el United tuviera la
iniciativa, ni llegara a puerta, pero lograba contener lo que todo el mundo
preveía que iba a ser una goleada a priori.
No fue hasta pasada la media hora que el Liverpool tuvo la primera clara, con
un remate de Firmino manso a las manos de De Gea. Más sorprendente que lo que
tardó el Liverpool en tirar a puerta fue la respuesta de los diablos rojos, un
contraataque organizado por McTominay, lo culminó Daniel James con un gran pase
que mandó Rashford al fondo de la portería defendida por Alisson Becker, que
sustituyó a Adrián San Miguel.
Los jugadores del Liverpool protestaron una más que dudosa falta sobre Divock
Origi en el inicio de la jugada, pero el VAR consideró que era insuficiente
para anular el tanto, para enfado de Klopp.
El Liverpool se repuso y en un envío de Alexander-Arnold, Mané controló delante
de Lindelof y batió a De Gea, pero esta vez el VAR sí hizo acto de presencia y
anuló el tanto por mano del senegalés en el control.
Había sido un primer tiempo extraño para el Liverpool, el peor en muchos meses
para ellos, pero el paso por vestuarios no lo mejoró demasiado.
Empezaron los de Klopp a tener más posesión, pero era inerte. Mareaban la
pelota, pero no podían con la defensa inventada por Solskjaer, con dos
carrileros emplazados para frenar a Robertson y Alexander-Arnold.
Incluso a la contra lo pudo matar Rashford, pero un disparo suyo desde la frontal
se perdió a la izquierda de Alisson.
Lejos de sufrir, el United estaba cómodo, hasta que dejó pensar a Robertson. El
lateral escocés, con todo el United en su área, lanzó un centro desde la
izquierda, nadie apareció para despejar y Adam Lallana, el menos esperado, la
empujó en el segundo palo para silenciar Old Trafford.
El empate llegó muy tarde para el Liverpool, que se quedó sin tiempo para
reclamar la victoria y que pudo haber sido el primer equipo en Old Trafford
desde que se creó la Premier en ganar un partido que perdía al descanso.
Con el empate, la diferencia con el City se reduce a seis puntos y deja a los
de Klopp en el liderato con 25 unidades. El United sigue lejos, décimo tercero,
con 10 puntos.