El belga Eden Hazard y el Real Madrid buscan redimirse en la Champions League.
El Real Madrid recibe al Brujas en un duelo que regresa 43 años después a la Copa de Europa, con la obligación de mejorar para sumar puntos luego del inicio con descalabro en París contra el PSG, y la misma necesidad de brillo para su nuevo referente, el belga Eden Hazard.
Nunca le ha marcado un tanto el Real Madrid al Brujas en la competición de clubes de mayor prestigio del mundo. El doble enfrentamiento que protagonizaron en 1976 dejó un empate sin goles en el estadio Santiago Bernabéu y un 2-0 en Bélgica. El duelo resucita en la Liga de Campeones con los focos precisamente puestos en un belga que es la gran estrella de su país.
El nuevo referente del Real Madrid, el que debe ejercer un liderazgo que aún no ha asumido por un comienzo marcado por una lesión muscular, Hazard salió mal parado del derbi del Wanda Metropolitano y ya siente la presión que recae sobre un fichaje estrella. Sin tiempo para entrenar con partidos cada tres días, los encuentros le deben servir para mejorar un físico que lo condiciona frente a rivales grandes.
El inicio de Liga de Campeones no ayudó a recuperar la pérdida de imagen con la que se despidió la edición pasada. El fin de su ciclo glorioso dejó 2 derrotas sonrojantes en sus últimos encuentros en el Bernabéu. Un 0-3 contra el CSKA para cerrar la fase de grupos y el fatídico 1-4 en la vuelta de los octavos de final que provocó la eliminación por el Ajax. Recuperar el poder de local en Europa es claro objetivo para Zinedine Zidane.
El técnico francés ya tiene disponible a Marcelo para solventar sus problemas en el lateral izquierdo, recupera en competición europea a Sergio Ramos, una vez cumplida su sanción, y también puede contar con Isco Alarcón, superada su lesión muscular.
De momento Bale, Benzema y Hazard se van conociendo sobre el campo y su conexión está por explotar. Y no será contra el Brujas por las inesperadas decisiones de Zidane, que dejó fuera por decisión técnica a Bale y James Rodríguez.
La goleada de París (3-0), desató la imagen más seria del equipo de Zidane, que no solo no ha permitido tantos en sus últimos 3 partidos, con salidas complicadas al Sánchez Pizjuán y el Metropolitano, sino que, además, solo ha permitido un remate a puerta en 270 minutos. Ahora debe reencontrar el balance ofensivo perdido en el derbi y afinar de nuevo puntería frente a su afición.