El deporte contemporáneo, en todas sus manifestaciones, se ha convertido en una de las actividades sociales que poseen el mayor arraigo y una gran capacidad de movilización, así como el mayor poder de convocatoria en todo el mundo moderno.
Esta actividad es también un elemento fundamental del sistema educativo en todos los niveles; su práctica se ha hecho tan necesaria que ya es algo esencial para el mantenimiento de una buena salud, o lo que es igual, se ha constituido en la mejor medicina preventiva al ocupar el lugar del nocivo sedentarismo.
En lo social, es corrector de desequilibrios, tales como las desigualdades entre los miembros de nuestras comunidades, al favorecer la inserción de miembros de las diferentes esferas al mundo deportivo.
Existen diversas formas de acceder a los ámbitos que propician la práctica deportiva. Algunos optan por los gimnasios particulares, ya sea de karate, levantamiento de pesas, natación, fisicoculturismo, artes marciales mixtas o cualquier otra especialidad, siempre y cuando su capacidad económica se los permita. En cambio, hay quienes prefieren los lugares estatales, como gimnasios, centros de atención a personas mayores, entre otros, por su bajo costo económico.
Si nos vamos a los estamentos oficiales, tenemos 46 entidades, entre federaciones y asociaciones deportivas nacionales, lo que nos abre un enorme abanico de oportunidades que van en orden alfabético, desde el ajedrez, hasta el volibol, todas dependientes de la Confederación Deportiva Autónoma de Guatemala, la cual funciona auspiciada por el Gobierno de nuestro país.
Esto significa que los interesados pueden acercarse a las instalaciones deportivas de la CDAG, donde cada quien, de acuerdo con su propio gusto, interés o conveniencia, puede optar a practicar cualquier disciplina deportiva, y así ponerse en el sendero de la buena salud y, quién sabe, también de las medallas olímpicas.
Por Enrique Bremermann