Esta historia desenreda las apariencias familiares con humor.
Con humor, picardía y música, cinco actores desenredan las confusiones y revelan las intenciones ocultas en Julieta metió la pata. Esta comedia guatemalteca presenta a la familia Ponce, que, luego de enterarse de que su hija quedó embarazada y su pareja la abandonó, contrata a Andrés para casarse con ella, y así evitar las miradas juzgonas de los demás. Este montaje dirigido por Ligia Sandoval está en cartelera, hasta el 30 de noviembre, todos los jueves, viernes y sábados, a las 20:30, en Los Cebollines de Galerías Primma. La admisión es de Q80.
El secreto familiar
Las ventanas y cortinas han estado cerradas en el hogar de los Ponce desde que Julieta (Ximena García), la única hija de Eduardo (Érick Frías) y Margarita (Yara Contreras) les anunció que pronto serán abuelos y que su novio la abandonó. La vergüenza por lo que dirán los vecinos y parientes acerca de la “metida de pata”, los sume en la depresión y la desesperación.
Luisa (Jenifer Muralles), la empleada doméstica, tiene un plan entre manos. Pero también entra en escena Eduardo, quien le confiesa a su esposa que tiene una solución: Andrés (Diego Argueta), un chico de 28 años, que accedió a casarse con su hija para ayudarlos a guardar las apariencias.
La visita esperada
El timbre suena y, emocionados, reciben a un joven apuesto y bien vestido, que porta un maletín. Se presenta como Andrés y, al verlo, Eduardo, Margarita y Luisa, ya piensan en concretar sus planes. Por su parte, el muchacho, un vendedor de seguros, se sorprende de que sepan su nombre y se percata de que lo confunden con alguien más.
Para reír
Esta trama, de Tres de Tres Producciones, transcurre sobre un escenario pequeño, que simula la sala familiar de los Ponce. El teléfono juega un papel importante, pues con este aparato se revelan las intenciones y confusiones. Sin embargo, más allá del decorado y la utilería lo que brillan son las actuaciones y esas canciones interpretadas por Muralles, que regalan risas de principio a fin.