La actriz británica Julie Andrews recogió ayer emocionada el León de Oro honorífico de La Mostra del cine de Venecia, y lo hizo aplaudida como una figura “única e inimitable” del Séptimo Arte pasado, presente y futuro.
Andrews, de 83 años, acudió a la Sala Grande del Palacio del Cine, reservada a las grandes ocasiones, y recordó los orígenes de una carrera que le granjeó los roles más icónicos de la historia del cine, como Mary Poppins. “Aún me sorprendo, fui una chica afortunada
que pudo interpretar papeles bellísimos”, destacó.
Tras la ceremonia de premiación, los asistentes pudieron disfrutar de la proyección de Victor Victoria (1982) aquella cinta de su marido Blake Edwards, fallecido en 2010, en la que Andrews demostró su capacidad interpretativa dando vida a los dos protagonistas. • EFE