Del folk y a las rancheras se hicieron presentes en el VI Festival Acústico.
Por segundo año consecutivo, Santo Domingo del Cerro, en Antigua Guatemala, fue el escenario elegido por Gaby Moreno para recibir a sus amigos músicos. El VI Festival Acústico llenó la tarde-noche del domingo de bluegrass, indie, folk y rancheras, que formaron una amalgama musical capaz de hacer vibrar el corazón de los asistentes.
Para nutrir el alma
La llovizna creó un ambiente fresco que contrastó con la calidez de los músicos que se presentaron en la VI edición del Festival Acústico Gaby Moreno & Amigos. “Estoy muy contenta de estar aquí presentándoles música que quizá no conozcan mucho, con artistas que no han venido nunca al país, pero que traen música que nutre el alma”, expresó la cantautora al subir al escenario. Con una sonrisa, la guatemalteca llamó a sus primeros invitados: el mandolinista Chris Thile, el guitarrista Chris Eldridge y el contrabajista Alan Hampton, con quienes interpretó Illusion.
Luego de la breve introducción, Moreno dio paso a una compatriota, la chelista Mabe Fratti, quien sin decir una palabra tomó su instrumento e inundó el espacio con temas como El sol sigue ahí y Creo que puedo hacer algo. Como si siempre hubiesen pertenecido a la canción O, Me, las cuerdas de Fratti y Thile se integraron a la anfitriona para ofrecer un momento íntimo que terminó en aplausos.
La noche comenzaba a caer y Gaby estaba lista para cambiar de ritmo con sus siguientes invitados: La Marisoul y Los Macorinos. Cruz del olvido despertó una melancolía, que se condensó con Un mundo raro. Sin embargo, fue con la interpretación a capela de Como Dios manda, un tema de su autoría, que la vocalista de La Santa Cecilia erizó la piel del público. Con los sentimientos ya desbordados, Moreno y Hampton se les unieron en Macorina, un homenaje a Chavela Vargas.
Lenguaje universal
El show dio un nuevo giro musical con Lucius, dúo compuesto por Jess Wolfe y Holly Laessing. Antes de alumbrar con piezas como Tempest, Go Home y Right Down The Line, las cantantes expresaron lo agradecidas que estaban por la invitación de la guatemalteca y que “Antigua es increíblemente hermosa”.
El bluegrass reinó en la noche gracias a la guitarra de Eldridge y canciones como Keep Me from Blowing Away y Mean Mother Blues. El estadounidense le cedió su lugar a Thile, su compañero en Punch Brothers, quien con su mandolina y sus movimientos marcó una aventura musical con un repertorio mayormente instrumental.
Thile y Eldridge demostraron que la música es un lenguaje universal, pues aunque hablan poco español, ambos acompañaron a Moreno en los coros de Cucurrucucú paloma y Maldición/Bendición. Para cerrar con magia, todos los artistas subieron al escenario para invocar a La Llorona, de Chavela Vargas, una interpretación que puso en pie a todos los presentes.
