El actor guatemalteco brilló en no menos de 250 obras de teatro.
La humildad, la sencillez, el espíritu de servicio y la juventud que irradiaba Raymundo Coy brillarán para siempre sobre los escenarios guatemaltecos, pero también en la memoria y los corazones de quienes con él compartieron las tablas. El actor, quien a lo largo de su carrera participó en no menos de 250 obras de teatro, falleció la noche del miércoles, a los 74 años, luego de pasar hospitalizado un mes, a consecuencia de los golpes que le fueron propiciados durante un asalto.
Un legado imborrable
En Raymundo Coy (Guatemala, 1945) la pasión por la actuación nació en 1959, cuando empezó a recibir clases teatro. Se graduó de la Universidad Popular (UP) en 1966, y ese solamente fue el comienzo de una carrera que no se limitaría a los escenarios, sino que se extendería al cine, la radio y la televisión.
Coy debutó en la obra De lo vivo a lo pintado, de Manuel Galich, y a lo largo de su trayectoria trabajó con directores como Rubén Morales Monroy, Manuel Lisandro Chávez y Carlos Catania. “El maestro era un ícono del teatro, pues en cada interpretación nos dejaba con la boca abierta y nos enchinaba la piel. Tras bambalinas, nos enseñaba la excelente persona que era: llena de vida, humildad y sencillez”, dice la actriz Beldad Soto.
El intérprete Luiz Tuchán afirma que la mejor lección que Coy le dejó fue “el espíritu de servicio y la mística de solidaridad y cooperación que emanaba allá donde fuera”. Esa entrega y versatilidad lo llevaron, además, a la gran pantalla y a cintas como Donde acaban los caminos, Las cruces, poblado próximo y la estadounidense Looking for Palladin, entre otras.
Coy no solo regaló interpretaciones memorables al público, pues quienes trabajaron con él afirman que también les compartió su amor por el arte. Guillermo Monsanto recuerda que hace cuatro años pudo dirigirlo en Prohibido suicidarse en primavera. “El solo hecho de tenerlo en la obra fue un honor enorme. Su flexibilidad para recibir acotaciones era tan increíble como su positivismo. Él siempre fue un actor renovado, con mentalidad millennial”, apunta.
La trayectoria de este maestro de la actuación lo hizo ingresar, en 2016, a Gente de teatro, la galería de la UP que destaca a las figuras del arte dramático nacional. En esa institución se le rindió ayer un homenaje. Sus restos son velados en las Capillas Funerarias del Artista y su sepelio será hoy a las 10:00 en el Panteón del Artista Nacional, en el Cementerio General.
Inolvidable
Al pensar en Raymundo Coy, muchos rápidamente lo asocian con su célebre frase “Cerveza, digo yo”. Esta nació de una campaña publicitaria impulsada por el Ministerio de Educación, en los años 80, acerca de la importancia de aprender a leer y escribir.
Condolencias
Mediante una nota de prensa, Elder Súchite Vargas, titular del Ministerio de Cultura y Deportes, externó sus condolencias a la familia, amigos, colegas y admiradores de Coy.