El nuevo director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Qu Dongyu, afronta el reto de movilizar más esfuerzos públicos y privados, así como buscar más recursos económicos para afianzar los esfuerzos contra la malnutrición.
Qu comenzó esta semana su mandato en sustitución del brasileño José Graziano da Silva, que en sus casi ocho años al frente de esa agencia ha insistido en la necesidad de lograr dietas más saludables y sostenibles, y ha visto que producir alimentos suficientes a nivel global no ha bastado para acabar con el hambre.
Todo lo contrario, en 2018 la desnutrición crónica creció por tercer año consecutivo hasta afectar a casi 822 millones de personas, al tiempo que ya son más quienes sufren la obesidad y unos 2 mil millones tienen inseguridad alimentaria, se informó.
En esa compleja transición hacia dietas de peor calidad todavía no se ha generado la respuesta que los expertos reclaman con el fin de erradicar todas las formas de malnutrición para 2030, como marca la agenda de desarrollo sostenible pactada a nivel internacional. Roma, EFE