El holandés se quedó con el triunfo en una jornada de accidentes.
La lluvia puede ser aguafiestas o aliada, dependiendo de quién ofrezca su juicio. Se asoció con el holandés Max Verstappen en su camino hacia el éxito al volante de su Red Bull en el Gran Premio de Alemania, pero nubló a Mercedes en un domingo que se preveía festivo en su garaje.
La pole del británico Lewis Hamilton y su imagen encabezando la carrera junto a su compañero, el finlandés Valtteri Bottas, auguraban un gustoso desenlace en el 125 aniversario y el Gran Premio número 200 de Mercedes.
Pero en el circuito de Hockenheim, construido para probar los prototipos de la fábrica germana, se les torció el gesto a los promotores de las flechas plateadas. El vaivén de accidentes, de abandonos y de paradas desconcertó al equipo más fiable de la parrilla, batido por los errores de pilotaje de Hamilton y de Bottas y por el desacierto en la estrategia.
Se abrió, así, una puerta de esperanza para Max Verstappen y Sebastian Vettel, quien se oxigenó con un segundo puesto que le supo a triunfo. El piloto alemán de Ferrari enterró su desgraciado sábado con una incansable remontada desde la última plaza.
La carrera, según confesó Seb, se le hizo “interminable”, y es que la aventura ya empezó con nervio. La lluvia emergió por primera vez esta temporada y trastocó, en parte, los planes de la organización. Además de la vuelta de formación habitual, los pilotos rodaron tres vueltas adicionales detrás del coche de seguridad. Cabía entonces la posibilidad de que la salida no se diera en parado, pero finalmente los monoplazas sí se ubicaron en la parrilla para completar una batalla a 64 vueltas, en lugar de las 67 previstas.
El agua trajo consigo incertidumbre, pero presentó al mismo tiempo un horizonte de posibilidades, por el baile de neumáticos extremos, intermedios, blandos y medios, dadas las diferentes elecciones de los ingenieros desde la orilla.
Cada uno libró su propia lucha contra su coche en una pista especialmente resbaladiza entre las curvas 16 y 17, donde despidieron sus opciones de victoria Lewis Hamilton, Valtteri Bottas y Charles Leclerc. Con más prudencia se empleó Max Verstappen después de corregir la trazada en un trompo. Enfiló más decidido que ninguno de sus rivales la meta y gritó su segundo triunfo del curso.