Los equipos ticos han venido un poco agrandados, y nadie puede venir a nuestra casa a decirnos qué hacer”, aseguró ayer José Carlos el Flaco Martínez, después de la ceremonia de juramentación que dejó lista a la Selección Nacional Sub-23 de Futbol para enfrentar a Costa Rica, en el juego de ida de la serie de acceso al Torneo Preolímpico de la Concacaf. Con la serenidad que le ha permitido el trabajo guiado por el técnico guatemalteco Erick González, Martínez aseguró que el grupo está “comprometido” con hacer bien las cosas, mientras que él “motivado” por estar en óptimas condiciones para liderar el ataque chapín, en el juego programado para hoy, a las 19:00, en el Estadio Nacional Doroteo Guamuch Flores.
“Como dicen por ahí, los goles son amores. Es confianza que le da al delantero”, expresó Martínez, en relación a la efectividad que ha tenido con la azul y blanco en los juegos de fogueo que encararon antes del compromiso oficial, en los que dejó ver que su lesión, que lo tuvo al margen alrededor de medio año, ya es historia.
“Es una linda oportunidad para mostrarme ante la gente, después de la lesión. Si es necesario tirarse de cabeza, lo vamos hacer, porque somos un grupo de mucha garra y solidaridad. Vamos a defender a muerte”, manifestó el delantero que atrae los reflectores en el futbol guatemalteco.
El camino
Después del juego de hoy, el cuadro chapín viajará a territorio tico para encarar el juego de vuelta, el cual está fijado para el domingo, a las 11:00, en el Estadio Alejandro Moreno Soto, en Alajuela.
En simultaneo a la llave entre chapines y ticos, en la región se enfrentarán Honduras-Nicaragua y El Salvador-Panamá; los ganadores de las 3 series avanzan directo al último filtro, que reunirá a las selecciones que buscan un boleto para competir en los Juegos Olímpicos Tokio 2020.
Según el manual de clasificación de la FIFA, al área de Concacaf le corresponden 2 plazas directas, las cuales se definirán en el Torneo Clasificatorio, el cual está pendiente de definir su sede y fecha, y en el que ya están instalados Estados Unidos, México y Canadá.
En Juegos Olímpicos, el antecedente para el balompié chapín se remonta a las ediciones de México 1968, Montreal 1976 y Seúl 1988.
La mejor participación fue en suelo mexicano, donde el equipo azul y blanco alcanzó los cuartos de final, y la quinta posición.