Corría 1,924 cuando en París, Francia, se realizaron los Juegos Olímpicos Modernos en su octava edición. Cuba, Guatemala y México, que habían asistido a la cita, fueron los países que en el congreso olímpico solicitaron al Comité Olímpico Internacional (COI) que autorizara la creación de unos juegos en los que participaran Centro América y El Caribe, con la finalidad de realizar competencias preparatorias y lograr un mejor desempeño de sus atletas en las justas olímpicas.
La solicitud tuvo éxito y 2 años más tarde el evento solicitado fue una realidad. A estas justas se les llamó Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe, y su sede fue México, habiéndose constituido en los juegos regionales más antiguos que registra la historia. En estos primeros Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe solo participaron Guatemala, Cuba y México, con un total de 269 atletas que compitieron en atletismo, baloncesto, beisbol, natación, clavados, esgrima, tiro, voleibol y tenis.
En los Juegos Olímpicos de 1932, en Los Ángeles, California, Estados Unidos, delegados de varios países latinoamericanos repitieron la historia y llevaron una propuesta en el mismo sentido, que autorizara la realización de juegos deportivos, pero en toda América, y con la misma intención. Contando con el aval del COI, el resultado fue que en 1940 se decidiera conceder la sede de los Primeros Juegos Deportivos Panamericanos a Buenos Aires, Argentina.
Se votó porque estos juegos se realizaran en 1942 pero, por el estallido y secuelas de la Segunda Guerra Mundial, fue necesario suspenderlos y esperar un tiempo para ver realizados los sueños deportivos de aquellos quijotes pioneros de este importante evento.
Por: Enrique Bremermann