Desde Totonicapán, el Grupo Hormigas llega esta semana al Centro Cultural de España.
La identidad de Guatemala ante el mundo es explorada mediante las artes escénicas y la animación de objetos en Mi abuelo el danzante. Esta propuesta, protagonizada por Jesús Puac, del colectivo artístico Hormigas, y Nakbé Gómez, intérprete independiente, se presentará el viernes y el sábado a las 19:00 en el Centro Cultural de España, 6a. avenida 11-02, zona 1. La admisión es de Q30.
Dos amigos
Mi abuelo el danzante presenta la historia de dos amigos, sus contrastes como hombre y mujer, y sus diferencias en la manera de pensar y entender la sociedad. La trama se desarrolla en un mundo imaginario en el que Paola (Nakbé Gómez) es una joven indígena que conserva sus raíces sutilmente, mientras Jorge (Jesús Puac) viaja a la ciudad para estudiar y expresar el amor y conocimiento que tiene de su cultura.
Como una amalgama de contradicciones, dice Puac, esta pieza sube a las tablas para cuestionar a jóvenes y adultos acerca de lo que significa vivir en la actualidad. “Lo que buscamos es que mediten en torno a un momento en el que los conocimientos de los abuelos, ancestros mayas, conviven con la modernidad y la globalización”, agrega.
Inspirados en la cotidianidad guatemalteca, principalmente del occidente, el Grupo Hormigas usa la animación de objetos para dar vida y personalidad a sus historias. Por eso, este montajemostrará al espectador un reflejo social, mediante texturas y títeres a diferentes escalas.
Valorización cultural
Directores, dramaturgos, investigadores, actores, titiriteros, pintores y talladores se reúnen en este colectivo originario de Totonicapán con el objetivo de crear, promover y difundir el arte, como medio de valorización cultural. Es por ello que, Mi abuelo el danzante, argumenta Puac, tiene la misión de resaltar las relaciones de amistad, para mantener viva la identidad maya.
Hormigas cuenta con una metodología de formación que va desde lo empírico y lo académico, hasta las artes ancestrales y la espiritualidad, con el fin de crear representaciones que posean una razón de existir y una energía propia. Es decir, dentro de la obra, cada figura cuenta con un nahual, un destino y una misión en la vida: “Como seres imaginarios, nosotros los volvemos tangibles. Es como si los actores fuéramos el alma del personaje”.