Los cómics son un medio visual, pero el sonido es un elemento esencial del “espacio imaginario” que sus creadores están construyendo, según Lee Marrs, guionista veterana de la industria y autora de la serie Pudge, Girl Blimp. Una historieta con los efectos de sonido eliminados puede ser una experiencia de lectura significativamente diferente, casi como si un personaje central hubiera sido suprimido.
Marrs señala que las representaciones de sonido en los cómics son emblemáticas y, con el tiempo, se ha desarrollado un canon de onomatopeya. Las onomatopeyas son palabras usadas para simbolizar sonidos, como el “kikiriki” del gallo o el “miau” del gato. Al igual que con cualquier transcripción, se depende de los sonidos de un idioma y su(s) sistema(s) de escritura, por lo que las palabras onomatopéyicas para el mismo sonido, un perro que ladra o una tabla del suelo chirriante, a menudo difieren de un idioma a otro. Cuando los cómics se traducen, los efectos de sonido suelen convertirse.
Al escribir para cómics de gran audiencia, como Wonder Woman y Batman, Marrs solía usar las formas estandarizadas, pero cuando trabaja en sus cómics personales, dice: “Escuchas y ves cosas que están sucediendo y decides de forma más orgánica cómo representarlos”.
A veces, es una determinación artística modificar una vieja palabra de sonido o imaginar una completamente nueva y, otras, el repertorio onomatopéyico de los cómics no proporciona una opción obvia.
Ryan North, escritor de The Unbeatable Squirrel Girl, tiene un interesante desafío. Squirrel Girl puede hablar con las ardillas, así que North ha experimentado para crear palabras que suenen a un lenguaje ardillesco. Su método, asegura, es hacer el sonido él mismo y luego transcribirlo como mejor puede.
Estas representaciones de sonido, estandarizadas o novedosas, deben considerar no solo la ortografía, sino también las señales visuales que sugieren cualidades de sonido.
Marrs explica dos indicadores básicos: cuanto más alto es el sonido, más grande es la palabra; y la repetición de letras muestra la duración. Estos principios también se pueden aplicar en cierta medida a, digamos, un mensaje de texto, mientras que el medio de los cómics permite un grado de libertad para imbuir gráficamente una palabra con expresión, desde un pizzicato delicado hasta una sonoridad que hace vibrar los huesos. El color, la forma y el peso de las letras pueden indicar el timbre o las características físicas de lo que está haciendo el ruido.
Hay quienes ignoran todo lo anterior. Ben Towle, autor del cómic Oyster War Web, afirma acerca de representar sonidos con palabras: “Simplemente invento algo que se vea bien y se lea bien”.