El compositor, intérprete y docente murió ayer a los 90 años.
Aunque el piano y el saxofón también se cruzaron en su camino, Robelio Méndez dedicó su vida a su gran amor: la marimba. Como intérprete viajó a espacios tan importantes como San Petersburgo, Rusia. Como compositor escribió temas como Paula María y como docente formó a distintas generaciones de marimbistas en el Conservatorio Nacional de Música Germán Alcántara. Las teclas de hormigo hacen silencio para despedir al músico, fallecido ayer a los 90 años.
Su camino
Nacido en el seno de una familia de marimbistas, Robelio Méndez dio sus primeros pasos junto al instrumento en los alrededores de San Pedro Sacatepéquez, San Marcos, la tierra que lo vio nacer. Más adelante, se abrió su propio camino como solista y en duetos, y llevó la marimba a Europa y Asia, resalta Hugo Arenas, director del Conservatorio Nacional de Música Germán Alcántara.
Nana Oly y Canción de cuna maya mam se cuentan entre las composiciones que, recuerda Arenas, fueron muchas veces interpretadas en el Conversatorio Nacional, ya fuera por el propio músico, o por los alumnos que formó en sus no menos de 50 años como docente.
Con método propio
Uno de sus discípulos fue Juan Carlos Pérez, director y fundador de la Marimba Juvenil de Concierto de Guatemala. “El maestro fue un autodidacta de la enseñanza y se caracterizó por utilizar su propia metodología de la marimba solista guatemalteca”, apunta.
Pérez asegura que Méndez adaptó la música académica de maestros como Wolfgang Amadeus Mozart y Piotr Ilich Chaikovski al instrumento patrio: “Su cátedra se basaba en la independencia de la lectura musical de la marimba sobre el teclado, primero con dos baquetas, luego con tres y así hasta llegar a seis.”
La muerte de Méndez, dice Arenas, representa una pérdida “significativa” para el arte local, pues no solo destacó como artista sino como persona. “Era evidente el gran afecto que despertó. Los que los conocimos recordamos la facilidad que tenía de acercase y entablar una conversación. Tenía un claro sentido de pertenencia al Conservatorio; era parte fundamental de este, y lo sabía muy bien”, apunta el director.
Junto a sus alumnos estuvo hasta hace pocas semanas, ya que, aún enfermo, no faltaba a las aulas. “Le decíamos que descansara, pero respondía que debía trabajar y atender a su gente”, agrega Arenas.
En una nota de prensa Elder Súchite Vargas, ministro de Cultura y Deportes, lamentó la muerte de Méndez y envió sus condolencias a familia, amigos, alumnos y admiradores.
- Con información de: Priscilla León y Berta Abrego