Bleach mostró, en su momento, a un Nirvana con mucho potencial. Fue alabado por la crítica, aunque suena inválido, y por inválido me refiero a una batería torpe y débil. A pesar de ello, el tiempo le colocó la etiqueta de “disco de culto”. Tuvo un debut nada despreciable, con 40 mil copias vendidas, lo que le sirvió al grupo para recorrer EE. UU. Las ventas del álbum despegaron nuevamente con la salida de Nevermind (1991), por la curiosidad, supongo, y una segunda vez con la muerte de Kurt Cobain, para un total de 5 millones de copias.
En Guatemala, el éxito arrollador que tuvo About A Girl en su versión MTV Unppluged (1994) levantó cierto interés. La saturación, y casi abuso, en rotación de las radios nacionales no daba mucha oportunidad para darle oídos a la original por razones mercantilistas. Sin embargo, Bleach se podía hallar a forma de suerte en las tiendas de discos.
En un principio, Nirvana era un cuarteto integrado por Cobain, Kris Novoselic, Chad Channing (batería) y Jason Everman (segunda guitarra). Este último no grabó ninguna canción, y aunque su paso por la banda fue poco menos que un suspiro, los créditos del disco dan testimonio de su estadía.
Sub-Pop Records, que apadrinó el movimiento grunge nacido en Seattle, se encargó de grabar Bleach en un total de 30 horas y por US $600. Kurt, en varias entrevistas, dijo que practicaron por horas y horas cada una de las canciones hasta que sonaran fuertes y desaliñadas. La voz de Cobain era un vaivén de desgarro y melodía, y eso era lo que encantaba a la disquera.
Las letras son, en sí, una oda al derrotismo, abuso, sarcasmo, odio y desprecio propio. Por momentos son terroríficas. Son 42 minutos de grunge feroz. Sus líricas son sencillas y, al contrario de una fotografía, una frase desencadena miles de imágenes a la velocidad de la luz.
Blew fue el primer sencillo grabado. Habla de habitar en el limbo y no explotar todo el potencial frente al hartazgo que conlleva el abuso y golpes que provienen de los padres equivocados. Así, el disco viene con dualidades emocionales, y About A Girl es acerca del desdén de la persona “incondicional”. Es decir, la chica, y un chico que no merece ser amado; aquel juvenil sentimiento de secundaria.
El tema School sufre mucho la falta de un baterista diestro, y queda ahogada en la orilla. La diferencia es abismal en sus versiones en vivo y ya con un explosivo Dave Grohl sentado en la batería. Love Buzz fue el cover de la banda holandesa Shocking Blue que Nirvana hizo suyo. Kris hizo la sugerencia, pero Kurt nunca quedó conforme con el resultado. La canción da un toque psicodélico al grunge, y estalla en directo.
Encontramos Paper Cuts, Negative Creep y Scoff, canciones autodestructivas y metaleras. Swap Meet va de las relaciones de perdedores que surgen en el suburbio. Sifting es contestaria y antisistema.
Los 13 temas de Bleach nos dejan insatisfechos. Nos rompen la cabeza con el nervio expuesto y lleno de sentimientos inconscientes y oscuros. El material revive traumas indescifrables que nos acechan fantasmagóricos. Con todo ello, nos alista para el advenimiento de la revolución.