La académica María Victoria Véliz reflexiona acerca de los cambios que ha sufrido este arte, gracias a la tecnología.
El arte que se desarrolla en las calles del continente americano ha estado siempre presente en la vida de María Victoria Véliz. Esto hizo que para su trabajo de doctorado en el Departamento de Lenguas Modernas de la Universidad de Miami, la cubana estudiara a profundidad la performance art, pero documentada en la era de internet. La semana pasada, la investigadora impartió un taller junto a Fundación Paiz y compartió con nuestros lectores sus reflexiones sobre este tema.
Reunir experiencias
En su tesis doctoral, María Victoria Véliz quiso resumir su experiencia de vida y así que la performance rápidamente saltó a la vista. La cubana vivió en Guatemala desde finales de 2003 hasta 2012, y en ese período se dedicó a dar clases de investigación y curaduría de arte contemporáneo. Gracias a los creadores locales hizo contacto con el arte en las calles, y esa experiencia la plasmó en su trabajo académico.
La también profesora universitaria explica que durante sus años como formadora de arte contemporáneo, no solo en Guatemala sino en América, hizo un registro de performistas, cuyos nombres, poco a poco, la llevaron a nuevas propuestas. Así comenzó a recopilar información y a documentar sus trabajos por medio de las redes sociales: “Me percaté que dentro del campo de la performance había mucho análisis de la memoria y a mí me interesa, pero en la parte de América”.
Dos elementos clave
Véliz meditó en qué hace ser al performance lo que es, y se topó con el silencio y el tiempo. Al silencio lo conoció en el país, al entender la dinámica oral de los guatemaltecos, la cual, a su criterio, tiene muchas pausas. Esta condición, señala, es fundamental pues llama público, mas no por medio de la palabra. Sus significaciones son las que resuenan e impactan a quien lo ve, agrega.
Tomada de la mano del silencio está la temporalidad que, para Véliz, rompe con el flujo de una ciudad si ocurre en un espacio público, como las calles. “El tiempo se para, transcurre y tiene una duración que impresiona al receptor”, afirma la investigadora.
El cambio que trajo internet
La atracción por conocer más sobre el proceso que se da desde que se desarrolla la acción artística en un espacio físico, la parte en la que alguien la documenta con un dispositivo electrónico y hasta que es publicada en redes sociales, es lo que ha ocupado los últimos años de la académica. Su percepción es que este recorrido digital cada vez toma más fuerza, como un medio de comunicación que no descansa en la palabra.
“La performance en la era del internet es performática, porque el hecho de que las personas lo registren con su teléfono hace que el artista cada vez tenga menos control de su arte”, apunta. Esto hace que se desconozca hasta dónde llegará la información, lo que puede generar que se replique la acción en contextos totalmente diferentes, pero en los que tiene sentido,
concluye.
Dato
Conozca más del trabajo realizado por María Victoria Véliz en este enlace: bit.ly/mvelizdca