Iniciativas como los bancos de alimentos que funcionan en países de Latinoamérica deberían promoverse en otras naciones de la región, en busca de lograr acabar con el hambre, señalaron autoridades de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés).
Estos bancos “promueven la reducción de pérdidas y desperdicios de alimentos y el mejoramiento de la seguridad alimentaria y nutricional”, por medio de alianzas con el sector público y privado, y personas naturales, de quienes recibe alimentos para distribuirlos luego entre poblaciones vulnerables, expuso el representante de la FAO en Brasil, Rafael Zavalla.
Y es que en Latinoamérica y el Caribe, donde 47 millones de personas viven con hambre, cada año se pierde o desperdicia un 15 % de sus alimentos, problema que radica en las condiciones de la labor agrícola en la región, donde hay mayoría de productores independientes y pocas asociaciones.
En ese sentido, Zavalla explicó que el desperdicio se encuentra en las poscosechas, donde frutas, verduras y legumbres se pierden por falta de mano de obra o precio.
“Este es un problema que presenta con los productores individuales. En la medida en la que haya mayores asociaciones, disminuirá”, aseguró el
funcionario. Río de Janeiro, EFE