Después del descalabro bursátil de 1929, dos amigos de la secundaria llamados Jerry Siegel y Joe Shuster trataban ganarse la vida vendiendo historias a las revistas, sin éxito. Al no lograr atraer la atención de las editoriales, Shuster decidió crear su propia publicación, titulándola pomposamente Science Fiction: The Advance Guard of Future Civilization. Como es de imaginarse, la producción era muy sencilla y artesanal. Con una vieja máquina de escribir, Siegel componía todos los artículos e historias, usando distintos pseudónimos, y Shuster realizaba las ilustraciones. El escaso tiraje se realizaba con mimeógrafo y la revista apenas logró llegar a cinco números.
A pesar de su breve existencia, Science Fiction logró jugar un papel histórico, pues el tercer número incluyó un relato titulado The Reign of the Superman (1933). Basándose en el Übermensch de Nietzsche, Siegel concibió la historia del desposeído Bill Dunn quien, sin saberlo, fue utilizado como conejillo de Indias por un científico loco llamado Profesor Ernest Smalley.
Al darse cuenta de las nefastas intenciones de su anfitrión, Dunn huyó de la casa y llegó a un parque donde comenzó a notar que había obtenido varios poderes mentales, incluyendo telepatía y el poder de la sugestión. Su inteligencia se había disparado a niveles inauditos y era capaz de comprender todos los idiomas, adquiriendo todo el conocimiento de la humanidad. Inclusive, podía ver en el futuro. Se había convertido en un superhombre.
Dunn empezó a usar sus poderes para beneficio personal, manipulando a la gente y despojándola de su dinero. Como sabía lo que pasaría 24 horas después, comenzó a hacer apuestas, ganando a diestra y siniestra. Al enterarse de la buena fortuna de Dunn, Smalley escribió una carta a un diario para desprestigiar al superhombre. Consciente de que Smalley iba a aniquilarlo en cuanto lo hallara, Dunn lo mató antes. Luego capturó a un reportero enviado a verificar la veracidad de la nota. Enloquecido, Dunn decidió manipular a los gobiernos telepáticamente y así ocasionar una guerra mundial, pero perdió sus poderes antes de hacerlo.
Después de publicar su historia, Shuster y Siegel se dieron cuenta que el Superhombre podía ser un buen personaje para las historietas, por lo que lo retrabajaron, cambiando sus poderes de mentales a físicos, y su naturaleza pasó de villanesca a superheroica. Finalmente, en 1938 recibieron la oportunidad de usarlo en el primer número de la antología Action Comics, la cual eventualmente rompería todos los récords de venta, incrustando a Superman en la imaginación colectiva e iniciando la Era Dorada de los Superhéroes.