Un hat-trick de Lucas obra el milagro.
Un hat-trick del brasileño Lucas Moura obró el milagro para el Tottenham, que remontó en la segunda parte un encuentro (2-3) que se le había puesto muy cuesta arriba y con el que, contra todo pronóstico, consiguió colarse en la final de la Liga de Campeones por primera vez en su historia.
Fue un partido alocado, con un gran dominio del Ajax en la primera parte que le permitió adelantarse con dos goles de De Ligt y Ziyech y en el que pareció que los holandeses llegarían a la soñada final.
Fue el Ajax el primero que la tuvo, con un fuerte disparo de Dusan Tadic desde el borde del área que obligó al guardameta Lloris a estirarse para mandarla al córner fue, por desgracia para los ingleses, el principio del fin.
Kieran Trippier, encargado de marcar a Matthijs de Ligt en el saque de esquina, dejó que el central se moviera a sus anchas por el césped, ocasión que aprovechó el holandés para correr hacia el área pequeña y cabecear el esférico al fondo de la red, marcando el 1-0.
En el 36, un contraataque del Ajax pilló a la defensa del Tottenham desprevenida, Tadic corrió por la izquierda, se la cedió a Ziyech y el marroquí, sin parar la bola y con una colocación del cuerpo perfecta, hizo un disparo cruzado que convirtió en inútil la estirada de Lloris y puso el 2-0 en el marcador.
Pochettino puso toda la carne en el asador al quitar al centrocampista Wanyama y hacer ingresar al delantero centro Fernando Llorente, un hecho que insufló nuevos ánimos a los suyos y cambió totalmente el ritmo del partido.
Primero fue Danny Rose, luego Son y poco después Dele Alli, pero fueron 2 zarpazos de Moura los que abrieron la lata para los ingleses en menos de 4 minutos.
El primero llegó gracias a un espectacular y rápido contraataque en el que, en apenas 4 toques, los ingleses se colocaron en el área de Onana para que el disparo de Moura estrenara el casillero del Tottenham en el minuto 55.
En el segundo tanto, 4 minutos después, Onana no pudo atajar un disparo a bocajarro, el rechazo lo recogió el brasileño, retrocedió con la pelota unos metros driblando a 2 defensas del Ajax y, en un disparo a media vuelta, marcó el tanto que hizo soñar a los aficionados ingleses que se desplazaron a Ámsterdam.
El partido en ese momento se volvió loco, pues un gol del Tottenham le daba el pase a la final y la prórroga era imposible.
En el 95, cuando el Johan Cruyff Arena celebraba lo que parecía el pase de su equipo a la final, la pelota terminó, luego de un par de toques, en las botas del hombre de la noche, Moura, quien con un disparo raso y de zurda batió a Onana.
