Familiares, compañeros y aficionados se acercaron ayer al hospital de Oporto en el que está ingresado Íker Casillas para arropar y mostrarle su apoyo al guardameta español, que se recupera del infarto que sufrió el miércoles cuando se entrenaba con su club. El problema de salud del portero español ha despertado un gran interés en España y Portugal. La esposa del futbolista, la periodista Sara Carbonero, fue una de las más seguidas por las cámaras, cuando volvió al Hospital CUF acompañada de sus hijos: Martín, de 5 años, y Lucas, de 2, para que pudieran visitar a su padre. Oporto, EFE