“Guatemala se está ubicando en el conjunto de países que están llevando a cabo programas de alimentación escolar, con el propósito de retener a los niños en las escuelas, mejorar su rendimiento y contribuir a la reducción de la desnutrición infantil”, puntualizó en su momento Fernando Medina, consultor mexicano que llegó a Guatemala para brindar un taller por parte del Programa Mundial de Alimentos para la Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Sesan).
En la lista de dichos países están Chile, Argentina, Perú y México, que trabajan la alimentación escolar como un componente importante para el desarrollo escolar, que contribuye a formar mejores generaciones de ciudadanos.
El plus en Guatemala es la organización de los padres de familia, quienes ahora son parte del proceso de compra, selección, preparación y servicio de los alimentos que consumen sus hijos, y que han establecido relaciones con los productores locales para consumir productos frescos y nutritivos.
“La alimentación escolar debe ser regulada de manera integral, de tal forma que permita un monitoreo y una fiscalización adecuada”, apunta la Ley de Alimentacion Escolar, y es por medio de las Organizaciones de Padres de Familia como se consigue que el manejo de los fondos destinados para ello sea transparente.
Para este año, el Ministerio de Educación alcanzó a presupuestar un fondo para cubrir con Q4 la alimentación de cada alumno de las escuelas de preprimaria y primaria del país, del cual el Gobierno de la República ya ha hecho dos desembolsos durante el primer cuatrimestre.
El sector de educación privado-gratuito, como la escuelas de Fe y Alegría, también reciben recursos para la alimentaciòn escolar. Los fondos para ello se entregan de acuerdo a la cantidad de alumnos inscritos.
El primer desembolso que se hizo en 2019 para la alimenación escolar fue de Q495 millones, y el segundo, entregado en abril, fue de Q469 millones, para cubrir con este último un total de 50 días.
Los Q4 diarios para cada alumno es un gran logro, con lo cual se posibilita una alimentación escolar nutritiva, diseñada por especialistas, para que cada día el niño y la niña que acuden a la escuela tenga la energía para aprender y desarrollarse.