Esta película será la primera en representar a Guatemala en la Semana de la Crítica de Cannes.
Nuestras madres pasará a la historia por ser la primera película en representar a Guatemala en la 58 Semaine de la Critique, del Festival Internacional de Cine de Cannes. Si bien el filme, que honra la memoria del país, nació de la mente del director César Díaz, también refleja la labor de un equipo compuesto por guatemaltecos, franceses y belgas. El hito de llegar a una de las muestras cinematográficas más prestigiosas del mundo se consumará en mayo, pero antes el realizador y Pamela Guinea, una de las productoras, ofrecen más detalles de la producción.
Un reflejo nacional
La trama de Nuestras madres se desarrolla desde el anhelo de un antropólogo forense, que trabaja en una organización dedicada a apoyar a familiares de desaparecidos por el conflicto armado interno en Guatemala. El drama familiar, sin embargo, se inicia cuando una mujer le pide ayuda y él parece dar con una pista que lo lleve hasta su padre, también desaparecido en esa época.
César Díaz asegura que el tema de las desapariciones siempre le ha llamado la atención y quería ejemplificar la importancia que este tiene en la sociedad guatemalteca. “Hasta que no hagamos un duelo por nuestros desparecidos, no se podrá avanzar a otra situación”, señala el cineasta residente en Bélgica y que ha trabajado en la edición de películas como Ixcanul y Temblores, de Jayro Bustamante.
Un equipo comprometido
La hora y 18 minutos que cautivaron a Cannes lleva detrás seis semanas de rodaje, en las que el equipo entregó su tiempo, creatividad y dedicación. “Lo más significativo de la producción es el hecho de trabajar con tres nacionalidades diferentes en un proceso creativo, sin tener dificultades de idioma ni competencias”, afirma Díaz. Para Pamela Guinea, el proceso fue enriquecedor y “todos aprendimos de todos y confluimos de una manera
interesante”.
El nombre de la película, revela Díaz, busca rendir honor a quienes “llevan” la memoria de Guatemala. “Esas personas son las madres de nuestro país pues, a pesar de lo sufrido, siguen de pie y pelean por encontrar a sus fami-liares”, comenta Díaz. El director agrega que le conmueve ver cómo las mujeres de los pueblos más dañados por el conflicto cuentan su propia historia, para que no se olvide.
Precisamente, fueron las pobladoras Pambach, en Alta Verapaz, las que hicieron que Díaz decidiera filmar en ese lugar. “Hice un mapeo de sitios que vivieron masacres durante ese período. Al llegar a esa comunidad, las mujeres me contaron su historia y me recibieron abiertamente. El proceso fue muy orgánico y eso hizo que nos quedáramos”, relata. En ese departamento también encontraron Aurelia Caal, una de las actrices del largometraje.
Apoyo
Tanto el director como la coproductora coinciden en que ser elegidos para la Semaine de la Critique es un logro “histórico” para la cinematografía guatemalteca. “Esto nos tiene que dar con-
fianza como cineastas, y solicitar a las autoridades apoyo. Somos capaces de hacer cine de buena calidad y que se está viendo en los festivales más importantes del mundo”, concluye Díaz.